viernes, 9 de diciembre de 2016

Puertas adentro

En muchas ocasiones, hablar del barrio y de las situaciones a atender resulta  siempre un motivo de polémica y de desagrado. En especial cuando se involucra en el medio a las instituciones más importantes del barrio (y no me refiero necesariamente a la Delegación Municipal). Dado que no hay un apoyo directo o algo que asegure mantener al barrio en las condiciones mínimas de convivencia, a veces es necesario que un grupo, o una red, o incluso una convocación vecinal sean los que empiecen a tomar cartas en el asunto (en la medida que fuera necesario).

Y con mantener al barrio “en condiciones” no me refiero solamente a barrido, limpieza, arreglo de calles, etc. En esto entra en juego también la convivencia cultural y aspectos enteramente relacionados a la convivencia diaria. Muchos vecinos intuirán a qué me refiero, pero eso ya sería un tema para más adelante…


En este caso particular, podría decirse que muchas entidades dentro de Celina, principalmente las que fueron fundamentales para su crecimiento, son las que realmente deberían llevar la responsabilidad de dirigir tareas (dadas las circunstancias) para mitigar la gran disconformidad respecto al manejo de todo el barrio. Ya antes hubo algunos intentos, como la “Red Ciudad Celina” que aspiraba a crear puentes entre las instituciones, pero el proyecto quedó estancado.

La razón de ese estancamiento fue muy sencilla: práticamente todas las instituciones celinences se negaron a participar… y no hace falta mencionar específicamente cuales, ya que todos nosotros sabemos a quienes les toca la parte que les corresponde. Entonces cabe preguntarse, como vecino: ¿a quién le echo la culpa…? ¿Al estado, a la ley, a la gente? ¿O sencillamente no se trata de “echar culpas” como si fuéramos jueces, ajenos a la realidad?


Si en algún momento mucha gente del barrio se diera cuenta de esto, la historia a futuro podría cambiar para bien.

jueves, 6 de octubre de 2016

El mojón del Rotary, restaurado

El Rotary Club que se encuentra en nuestro barrio no tiene un espacio físico propio. Hace no tanto tiempo, la Cámara de Comercio les cedió un espacio, teniendo la sede en el mismo lugar que ellos. Esto les permitió tener un lugar fijo al cual recurrir. Sin embargo, el Rotary de ninguna manera es un invento de acá: pertenece a una organización mundial conocida como Rotary International.

Hay varias definiciones que pueden encontrarse sobre esto, pero todas están de acuerdo en lo siguiente: propone reunir empresarios y profesionales universitarios y no universitarios con el objetivo de prestar un servicio a la comunidad, promover elevadas normas de ética en todas las ocupaciones, entre otras acciones humanitarias.

Sinceramente desconozco de qué manera llevan a cabo estas tareas en Celina, pero no es eso lo que quiero compartir por ahora. Esto es más bien un detalle de color, pero que vale la pena contarlo. Me refiero al mojón que ellos mismos construyeron hace ya varios años.


Desafortunadamente no tengo una foto del mojón cuando recién se construyó, pero sí de cuando decidieron robarse la placa de bronce que habían colocado. Apenas quedó un pequeño bloque. Esto siguió durante un tiempo más, hasta que hace poco fue restaurado de nuevo, aunque ahora no está tan llamativo.

Sólo se limitaron a poner el escudo del Rotary, un letrero de bienvenida y algo de pintura. No los culpo, porque si volvieran a poner todo con materiales de bronce, terminaría de la misma manera: robado y dañado. Por ahora sigue intacta ésta restauración, así que solo queda cuidarlo para que no termine en la dejadez.


domingo, 4 de septiembre de 2016

No es sólo el Casco Viejo

Muchas veces se escucha hablar u opinar de nuestro barrio sin tener en cuenta el todo. Es como si el barrio estuviera fragmentado en varios sub-barrios sin reciprocidad aparente. El resultado es que pareciera que todos seamos extranjeros del propio barrio, pero en el sentido de que no hay noticias de unos o de otros.

Siempre traté de hacer hincapié en eso, de que se tuviera en cuenta TODA Ciudad Celina, y no el Casco Viejo, la zona que comenzó todo. No hay que olvidar que existen los barrios Sarmiento y Vicente López (y ahora el barrio José Hernández), los edificios de Gral. Paz y Ricchieri, el barrio Sagrado Corazón, los barrios de Las Achiras y 17 de Noviembre, y el barrio Urquiza. Y en el medio de todos estos barrios, el conglomerado de cooperativas de vivienda en el que hay manejos muy dudosos (ya había hablado de esto el año pasado).


Celina empezó como un pequeño barrio de 50 manzanas (Ricchieri, Gral. Paz, Juan Rava y Olavarría son sus límites), pero con el correr de los años fueron sumándose otras zonas que lo expandieron aún más; entre la inmigración, las cooperativas y todas las problemáticas que eso conlleva, hacen de la Celina actual un manojo de problemáticas que necesitan ser atendidas.

El problema radica ahí: hay una excesiva diversidad cultural que impide la aceptación de parte de un grupo de gente, tanto de un extremo como del otro. Eso sumado a la ausencia total de las instituciones y entidades que supuestamente deberían planificar maneras de armonizar estas dificultades, lo cual hace que todo se agrave todavía más.

Hay gente que esto lo entiende muy bien, pero hay otras personas que no. Y esto da como resultado que haya una increíble falta de comunicación entre las entidades más importantes de Celina, ya que todos están aislados unos con otros y ocupándose de asuntos que no son tan importantes.

lunes, 29 de agosto de 2016

Un manojo de emociones

Hay tantas situaciones en juego, tanto buenas como malas, que son difíciles de describir. Tengo la sensación de que son emociones extremas, que no hay todos los matices en gris que debería haber… ¿Cuál es el límite? ¿Lo hay realmente? ¿Debería ignorarlo y hacer de cuenta que tales sensaciones no existen? ¿O debería reconciliarme con este manojo, aceptándolo tal como es?

Cada vez que lo pienso con tranquilidad y contemplo aquellas situaciones sin etiquetarlas, realizo que simplemente están ahí: registradas en mi cabeza sin más. Posiblemente algo enredadas entre sí, no con objetivos imposibles pero sí difíciles de resolver. Porque está el hecho de que a veces se acumulan tantos malestares juntos que uno no sabe cómo accionar.

Es como una bomba de tiempo… ¿Y ese malestar necesita germinar poco a poco hasta que sea incontenible y habilite el accionar necesario?


No es nada del otro mundo. Soy perfectamente consciente de que las situaciones en sí mismas son estados y no imposiciones. El problema está en resolver qué hacer mientras tanto para que esos malestares sean encauzados de la forma más sana posible… Cómo poder mitigarlos al menos.

En ese sentido, me siento incomprendido. Al menos por las personas que más quisiera que me entiendan. Algunos sí lo hacen… otros no. Y es ahí donde no tolero que sea incomprendido. Quizá estoy siendo muy egoísta. No creo que sea posible pretender que todo mundo me entienda...

Es difícil, pero llevadero… al menos durante ciertas tandas.

lunes, 22 de agosto de 2016

Paraíso enigmático


FarCry 3 causó mucha expectativa desde la primera vez que fue anunciado. No es para menos: los trailers y la estrategia publicitaria que se invirtió para esto fue estupenda (destacando las actuaciones de Michael Mando y Christopher Mintz-Plasse). Quizá al descubrir la trama en su totalidad (al menos en mi caso) uno hubiera esperado un desarrollo más terrorífico tanto de ambos antagonistas (Vaas y Hoyt) como de los propios protagonistas (prácticamente todos salen con vida). Así y todo, el juego cumplió y está a la altura de lo que es un gran juego, tanto en jugabilidad y calidad gráfica como en la trama.

Durante el trayecto de la aventura, la acción está siempre a la orden del día. El arte de usar sabiamente el armamento y los objetos es vital para tener éxito en el progreso, pero no es eso lo que quiero destacar. La mística que gira en torno al contexto de FarCry 3 es por demás llamativa. Encierra muchos misterios, muchos giros inesperados, pero por sobre todo es una puesta a prueba del personaje principal: Jason Brody, un muchacho sin muchas expectativas de proyectarse hacia un futuro.



En cuanto menos lo esperó, estaba rodeado de un ambiente que carecía totalmente de las normativas a las que estaba acostumbrado. La civilización como él la conocía no existía en Rook Island. Eran simplemente salvajes, y sus comportamientos eran en base a pensamientos totalmente mágicos, sin ninguna referencia real. Su brutal experiencia en Rook Island fue más que una lección para su vida; se da cuenta de que puede ser más que aquella cultura despiadada, e incluso mejor que ello.

Pero lo más destacable de la trama, es sin duda los villanos principales: Buck, Vaas, Hoyt y hasta la propia Citra. Uno más despiadado que el otro, sin ningún tipo de normas morales o éticas. Cada uno de ellos cumple un rol bastante siniestro en la isla y, tarde o temprano, Jason debe enfrentarlos a muerte para evitar que lo maten.


Durante estos enfrentamientos nunca se termina de saber con exactitud cómo se dieron esos combates. Me refiero a que no es el típico enfrentamiento de “jefes”, en donde hay que vaciar toda una barra de vida. Ninguno de éstos es un superhombre al cual hay que acribillarlo a balazos hasta que caiga: FarCry juega mucho con la percepción subjetiva de Jason, con el momento climax en donde la adrenalina de salir con vida se pone en juego al tener un duelo a muerte. Durante estas secuencias, pareciera que Jason alucina o que simplemente la situación del momento lo lleva a distorsionar su alrededor, enfocándose únicamente en su adversario (momento en el cual hay que presionar ciertos botones correctamente para ganar).

Esto también sucede en ciertos momentos puntuales del juego, en donde las alteraciones de la percepción juegan un papel muy importante en Jason. Ese es el principal punto fuerte de FarCry y que lo hace único en esencia: nunca se termina de saber a ciencia cierta cómo fue el trayecto de ciertas misiones, sino que simplemente se dio. Resulta que esto produce una inmersión fantástica, ya que el todo el juego se desarrolla en primera persona (o sea, desde los ojos de Jason) por lo que básicamente vemos, pensamos y sentimos lo mismo que él. Ahí está el atractivo principal de FarCry, y por ende, la razón de su éxito.

viernes, 5 de agosto de 2016

La virgencita del Barrio Urquiza


Esta ermita de la Virgen de Luján, construida hace ya unos cuantos años, estaba ubica en la rotonda que se encuentra entre Ugarte y San Martín, la cual delimita al Barrio Urquiza de los demás barrios. Lo digo en pasado porque este año ocurrió un hecho terrible (sin heridos, pero terrible al fin y al cabo) durante una madrugada del mes de marzo: un auto chocó contra esa ermita, la cual quedó totalmente destruida. 

Afortunadamente, todos salieron ilesos. Muchos vecinos especularon que se trataban de personas con nacionalidad boliviana que iban alcoholizados, pero luego se supo que era una familia de nacionalidad argentina (2 nenas con la madre y el padre). Al parecer el accidente se produjo por una falla en los frenos del auto, lo cual provocó un choque inminente.


Sin embargo, los vecinos colaboraron entre todos para lograr que resurgiera nuevamente la ermita destruida, por lo que se empezó a planificar su reconstrucción. Me sorprendió el poco tiempo en el que todos los vecinos tomaron la iniciativa de volver a ubicar a la Virgen en el lugar donde estaba: en tan solo un mes de haber sucedido el hecho, la ermita ya estaba prácticamente terminada, con mejores materiales y más llamativa que antes.


Esta unión que hubo para con la ermita puede ser perfectamente tomada como ejemplo para todas aquellas actividades que requieran la unión de varias personas. Es cuestión de ponerse de acuerdo, planificarlo, y sobre todo llevarlo a la acción. No de usar la queja como arma, sino las propias manos.

domingo, 10 de julio de 2016

El destino de mis amigos

Hay gente que no cambia. No por un capricho propio, sino por simples peticiones de "empatizar" con lo que le pasa a uno. Pero hay gente que simplemente no lo entiende. Y no solo no lo entiende, sino que se caga en los sentimientos del otro. Tuve la desgracia de darme cuenta tarde, pero como bien dice ese dicho, "más vale tarde que nunca".

Conozco amigos y amigas con los que congenié hace ya varios años, y me doy cuenta de que no crecen. Quiero que se entienda bien eso: no hablo de "crecer" en el trabajo o en la universidad... hablo de un crecimiento personal. Hablo de algo que no se mide con títulos o con currículos. Me refiero a cualidades que están relacionadas a la tolerancia, a la paciencia y la consideración de los sentimientos... 

Es obvio que toda situación es distinta y que estas cualidades sean difíciles de sostener. Pero luego de reflexionar en frío uno se da cuenta de las cagadas que se mandó. Puede repararlo mediante el perdón y teniendo más cuidado la próxima vez... 

El problema es cuando uno ni siquiera repara en el daño que sin querer (y a veces, no tan "sin querer") hace en el otro y ENCIMA se tiene el descaro de lavarse las manos diciendo que sólo era "una joda", y que en realidad es el otro quien tiene la culpa, puesto que se lo tomó "muy personal" y no comprendió la gastada... O sea, encima que me estoy fumando tu puta necesidad de llamar la atención, también me tengo que fumar el hecho de minimizar toda burla y desvalorización hacia un simple "te estoy jodiendo"... Y siempre termina siendo esa la excusa principal, razón por la cual tengo que sentirme como un amargado o un malhumorado. 

¿Me estoy volviendo intolerante? ¿O los demás son intolerantes conmigo?

Son pequeñas cosas. Esas pequeñas actitudes que ciertas personas se toman para conmigo pero que marcan una gran diferencia. Yo tengo mis gustos, mi música, mi ropa, mi calzado, mis objetos de valor, mis pertenencias, mi vocabulario, mi manera de ser y de relacionarme con la gente. Al que no le gusta puede simplemente alejarse de mi vida y punto.

¿Algo de todo eso, tiene que ser NECESARIAMENTE objeto de burla? Si yo con los demás no tengo necesidad de hacer eso, ¿por qué habrían de hacerlo conmigo? ¿Acaso no se dan cuenta de que hay ciertas cosas con las que uno no debería jugar? Más allá de que parezcan "estupideces" a la vista de otros. Realmente es poca la gente que tiene capacidad para registrar cuál es el alcance de sus palabras... 

¿Para qué le sirve al otro burlarse de alguien en particular, dentro de un grupo, e incitar a que los demás le hagan lo mismo? ¿Para hacerse el groso? ¿Para demostrar que es el más "capo/vivo/piola"? ¿Sólo para eso...? ¿Para "quedar bien" con los demás...? 

Que no se confunda lo que digo: no hablo de no reírse de uno mismo. Esto va más allá del humor. Hablo de la gastada excesiva, de ese "pequeño chiste" hacia otro que termina convirtiéndose en desvalorización. Eso que uno siente cuando ve que se le están burlando constantemente de todo lo que hace o todo lo que es. Y esto es lo que creía "superado" por ciertas personas, pero veo que no es así... y que de hecho me hizo dar cuenta de algo...

Hay gente que necesita ser así para sentirse superior a otros... que no tienen forma de llenar el orgullo que a través de las gastadas hacia un otro. Dicho en otras palabras: necesitan notificar que ellos son los que la tienen más grande. Es tan tragicómico, porque esto encima siempre sucede en grupos, dejando entrever que está CLARÍSIMA la intención de esto: que los demás se sumen a la gastada. Es casi el mismo procedimiento que el famoso "bullying", sólo que acá ya estamos todos grandes para estas chiquilinadas...


Tengo amigos y amigas de mi edad (un poco más o un poco menos) que tienen gustos iguales o incluso mucho más "desviados" de lo que está a la moda, de lo estético, de lo frívolo... Y sin embargo eso a mí no me dice nada de su actitud con los otros. Pero claro... para los que siempre están a la orden de la gastada, parece que eso les dice TODO sobre una persona, qué raro... Y son precisamente esas actitudes (que veo para conmigo y los demás), las que me hacen pensar en lo superfluo de esas personas, en la poca capacidad de valorar lo que uno es. Y desgraciadamente lo veo ahora en alguien muy cercano... o quizá lo vi desde el principio y nunca quise aceptar la realidad. Esa realidad no es otra que la de no querer a una persona así en mi vida... 

Con esto no hablo de no hacer ninguna gastada a nadie. Porque es algo inherente que todos lo hacemos, incluyéndome... Mi problema está justamente en los excesos, en traspasar un límite en el que ya NO es graciosoY ahí está la cuestión: cuando yo lo hice en su momento, ofendí a otros, me cagué en sus sentimientos, e incluso llegué a perder gente por causa de ello. Y entonces me cayó la ficha... 

No quiero eso. No quiero cagarme en lo que les pasa a los demás, pero al mismo tiempo espero lo mismo del otro. Y afortunadamente tengo amigos así... pero los que no lo son, y que incluso pretenden expiarse de toda culpa... qué horror... pienso que es más sano alejarse, entender que son así y que (sobre todo) necesitan ser así, porque está claro que entre líneas se percibe una necesidad de figurar, y de quedar ante los demás como un "groso".

Tener "amigos" así, con esas prioridades tan infantiles, te hace pensar que a esta altura del partido hay cosas más importantes de las que preocuparse, como por ejemplo: ¿qué vas a hacer de tu vida?...

 Usted no aprende, ¿verdad?

viernes, 1 de julio de 2016

Artistas Plásticos de Villa Celina: “ARTVICE”

Como el nombre lo dice, lo que comparto esta vez es un evento que apenas tuvo su segunda reunión hace ya casi dos años. Es un encuentro en el que se exhiben obras de todo tipo: desde pinturas hasta fotografías, pasando por artes plásticas, etc.



Los artistas convocados fueron: Zulema Godoy, Roberto Sanz, Mabel Dávice, Alfredo Molina, Mercedes González, Ana Huberuk y Carlos Romano. Al comenzar, cada artista se presentó y luego se pudo apreciar en cada rincón del lugar las obras de éstos. El evento se llevó a cabo en la Cámara de Comercio, donde además hubo buffet (parrilla, bebida y café) y algunas tandas musicales. 

La idea es dar a conocer el talento artístico de aquellos que nacieron en Celina y que incluso algunos siguen hasta hoy. Si bien hubo bastante gente convocada (alrededor de 50 personas), me pareció que no mucha gente del barrio estaba enterada, o que quizá no haya llegado a oído de aquellas personas atraídas por el arte. Si sos uno de ellos, ahora ya lo sabés.



Desconozco si habrá un tercer evento como éste, pero ojala así sea ya que vale pena recorrer las obras de cada uno. De mi parte podrán ver la difusión del próximo “ARTVICE” que se realice.

sábado, 30 de abril de 2016

Un intruso en el matadero

Súbitamente, la entrada se cerró tras de mí con unas rejas impenetrables. Casi pareciera que habrían estado esperando mi llegada. El ambiente aquí abajo parecía mostrarse de una forma extraña: todo el lugar se encontraba envuelto en una tenue neblina rojiza, como si el polvo que levantara este sitio fuese particularmente distinto al resto.

A pesar de esto, recorrí el lugar. En el medio había lo que parecía ser un gran matadero compuesto por un enorme vallado metálico del cuan pendía una enorme trituradora repleta de cuchillas. El interior estaba cubierto de sangre, y parecía ser reciente. Faltaba poco para intuir que este lugar donde me encontraba se componía únicamente de esto, hasta que frente a mis ojos advertí un piso elevado. Del lado izquierdo parecía haber una manivela lista para accionar, por lo que supuse que ese debía ser el mecanismo que activaba aquella trituradora.

Finalmente, podían verse dos columnas. Y en el medio de éstas, se contemplaba la sombra de algo que parecía tener unas dimensiones enormes. No comprendía lo que se ocultaba entre las sombras hasta que se movió. Escuché su imponente rugido y miré fijamente hacia su origen esperando a ver qué me encontraba.

¡Manifiéstate, criatura! –Le grité a aquella cosa que permanecía oculta.
-¿No me reconoces, hermano…? –Vociferó el monstruo mientras se revelaba entre la penumbra, arrastrándose con sus enormes brazos-. ¿Tanto he cambiado…?

Su voz, aunque cambiada, era inconfundible:

¿Melchiah? –Respondí con asombro.
Sí, hermano. Debiste haberte quedado donde te envió el Maestro. –Respondió Melchiah.- Raziel, vas a ver que Nosgoth es menos agradable de lo que recuerdas.

Pero no me encontraba aquí para caer en la nostalgia. Además de mi venganza, quería respuestas, y pronto.

¿Qué le ha ocurrido a mi clan? Respóndeme, hermanito –Le exigí, con la mirada llena de rabia-, o te arrancaré la respuesta de tus asquerosos labios.

Melchiah permanecía inmutable tras su horripilante fachada. Tenía los ojos de un color rojo incandescente. La boca (o lo que parecía ser su boca) era de unas proporciones gigantescas. Y sus brazos estaban compuestos por cuerpos y rostros humanos. No tenía extremidades inferiores. Dejaba entrever una enorme cola alargada, de manera similar a las babosas. Parece ser que además de haber evolucionado en tamaño, también absorbió al resto de los humanos que habitaban estas zonas de Nosgoth.

Todos tienen miedo, hermano –Me respondió Melchiah-. Despiertas a un mundo de terror. Esta época de cambio es muy... inquietante. ¿Crees que no siento repugnancia por mi aspecto? ¿¡Crees de veras que nuestro Maestro arriesgaría su imperio por un sucesor advenedizo!?
Ya está bien de adivinanzas, -Le respondí interrumpiéndole su discurso- ¿qué quieres decir?
Eres el último... ¡en morir...! –Exclamó Melchiah, justo antes de arrastrarse directo hacia mí.

A pesar de su gran tamaño, podía moverse a una velocidad bastante rápida. Pero yo era más pequeño, y por ende más ligero, sin mencionar que podía saltar grandes alturas. Pude esquivar su inminente ataque sin mayores dificultades y me introduje dentro de aquel enorme vallado, justo debajo de la trituradora.

Entretanto, Melchiah apoyó su enorme brazo sobre la valla, y de él emergió un destello verde que recorrió todo su abominable cuerpo. De repente, logró traspasar la reja como si fuera aire. Ahora me daba cuenta que no sólo hubo cambios en su apariencia, sino también en sus habilidades.

Sin embargo esto no le permitía ser eficaz en su estrategia. Yo seguía siendo más rápido que él, por lo que salí del vallado antes de que Melchiah pudiera siquiera reaccionar ante mis movimientos. Accioné la manivela, y las cuchillas empezaron a bajar lentamente.

Dime, Melchiah, –Le exclamé, haciéndole percatar que me encontraba fuera del vallado-. ¿Dónde puedo encontrar a Kain?
¡El Maestro está fuera de tu alcance, Raziel! –Vociferó lleno de rabia-. ¡Se manifiesta cuando le interesa, no cuando se le ordena!

Y cuando Melchiah se percató, la trituradora ya estaba encima de él, despedazándolo en cuestión de segundos. La sangre se esparció por todo el piso. Sus gritos de dolor fueron ahogados por el ruido de las potentes cuchillas que lo terminaron desmembrando completamente.

Soy… libre… Susurró Melchiah, hundido en su agonía-

Al levantarse la trituradora, hubo silencio. Apenas se escuchaba el goteo de la sangre escurriéndose a través de las cuchillas… de repente, una estela color rosado emergió de allí, la cual se hizo cada vez más grande y dejando salir una pequeña onda expansiva. Era el alma de Melchiah. Liberada de la carne, ahora estaba a mi merced.

Me quité el estandarte y, extendiendo mis brazos, reclamé su alma. La estela rosada acudió a mi voluntad, y tras devorarla, una fuerte descarga eléctrica sacudió todo mi cuerpo. Podía sentir cómo su alma engrandecía mi fortaleza, pero todavía no era consciente de su verdadero potencial. Y entonces caí arrodillado.

Lo has hecho bien, Raziel. –Me dijo la voz, haciendo acto de presencia-

Pero yo no estaba satisfecho con esta hazaña. Más allá de haber recuperado mis fuerzas, no sentía nada nuevo después de haber devorado su alma. De hecho, su muerte no me produjo alivio alguno. Ni siquiera observaba en mí algún cambio aparente.

¿A esto me he reducido? –Le reclamé a la voz, con indignación- ¿A un espectro, a un fratricida…?
No te has reducido, Raziel. Te has elevado. Al consumir el alma de Melchiah has adquirido un nuevo don. –Contestó la voz, haciendo notar mi nueva habilidad adquirida.-

Me levante, atónito por lo que me dijo, sin comprender muy bien este nuevo “don” del que me estaba hablando. Caminé nuevamente hacia la reja que me impedía salir de aquí. Apoyé mi mano sobre la reja y observé con sorpresa cómo desde el contorno de mi mano emergía un destello verde. Advertí que era el mismo destello que emergió del propio Melchiah al traspasar el vallado, y ahora era yo quien lo estaba logrando. Entonces lo comprendí.

Las barreras insustanciales como éstas –Explicó la voz- ,ya no serán un impedimento para ti. Si deseas pasar, lo harás.

Y entonces empujé con mis brazos. En cuestión de segundos, sentí cómo mis manos se hundían hacia el otro lado. Estaba traspasando la reja. Parecía como ir en contra de un fuerte viento. Continué con mi cabeza, luego el torso y finalmente con el resto de mi cuerpo. Cuando quise darme cuenta, había logrado salir del recinto.


(Adaptación de la escena entre Raziel y Melchiah, 
del videojuego "Legacy of Kain: Soul Reaver")

viernes, 29 de abril de 2016

Los festivales “Celina Somos Todos”

Desde el 2012 hasta el 2014 inclusive, se organizaron una serie de festivales que tuvo lugar en distintas plazas de Celina, pero principalmente fueron en la plaza “Víctimas de Cromañón”, ubicada en Ugarte y Austria (frente a la comisaría). Consistía en una convocación a cielo abierto que duraba casi todo el día, desde las 15 hasta las 23 aproximadamente, con el fin de atraer a los vecinos e invitarlos a que participaran.

Estos festivales fueron organizados por la Red Ciudad Celina, un grupo de vecinos autoconvocados que comenté en la nota anterior. Ellos, en colaboración con la Sociedad de Fomento Gral. Paz, la parroquia Sagrado Corazón, el comedor La Esperanza y otros comercios más de la zona se encargaron de llevarlo adelante.

Estos festivales comprendían diversas actividades lúdicas para los más chicos (shows de magia y de comedia), y para los no tan chicos (bandas de rock y murgas). Finalmente se sorteaba una rifa con varios premios que eran gentileza de los comercios que colaboraban en el festival.


El último festival que recuerdo haber participado fue uno que se hizo en abril del 2014, en conmemoración a los caídos en Malvinas (ya todos saben que dos de ellos vivían en Celina). El cronograma del festival fue prácticamente el mismo, sólo cambiando el lugar ya que esa vez fue en la Sociedad de Fomento Gral. Paz.


Luego de esto hubo otros festivales ajenos a la Red, como el “Celina Rock Festival” que se hizo en la plaza del Urquiza en el 2015. Al igual que con la Red, de estos festivales ya no tengo noticias de que estén en marcha otros más. Quizá sea ésta una etapa en la que Celina vuelve a estar “dormida” para luego volver a despertar.


Por mi parte, colaboré en dos de esos festivales donde luego compartí las fotos que saqué esos días. Quien quiera verlas, puede buscarlas en los álbumes de la página que dejo al final, con el nombre “Festival Celina Somos Todos”.

Festival del 14/12/2013
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.642546459121098.1073741829.196144097094672&type=3
Festival del 26/04/2014
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.718761588166251.1073741835.196144097094672&type=3

lunes, 28 de marzo de 2016

“Red Ciudad Celina”

Durante estos últimos años, algunos vecinos decidieron formar un grupo (de manera autoconvocada) con la intención de crear movidas culturales que fomentaran la participación y actividad de los habitantes de Celina. Uno de esos tantos proyectos fue la “Red Ciudad Celina”. Esta organización comunitaria es (o era) una iniciativa creada con la intención de articular entre diferentes instituciones y personas del barrio para la realización de diversas actividades de inclusión.


Su objetivo principal consistía en “modificar la realidad” en el barrio. ¿A qué se refiere con modificarla? Simple: a transformar aquellos acontecimientos que se dan actualmente con la intención de desincluir a la población celinense. Como todos sabrán, hay un fuerte choque de culturas entre los habitantes (sumado a una corrupta involucración de asuntos políticos en el medio). Ésta era una de las principales cuestiones contra las que luchaba la Red.

Modificar una realidad individual ya es de por sí una tarea larga y compleja. Imagínense cuán difícil puede ser modificar una realidad barrial, que involucra una población de muchísima gente. Sin mencionar la falta de participación de las instituciones más significativas de Ciudad Celina, que todos los vecinos sabemos cuáles son.


Desconozco si la Red sigue o no activa. Por lo que vi, parece que todo quedó suspendido. De haber sido así, de ninguna manera fue por culpa de la misma Red; son aquellos organismos del barrio e incluso los mismos vecinos los que realmente cargan con esa responsabilidad, ya que no es algo que se genera instantáneamente. Es un trabajo constante de tiempo y esfuerzo que requiere una regularidad durante el día a día, y si esto no se logra, no hay manera de avanzar.

La misma historia que vengo diciendo hace quién sabe cuánto, ¿no? Me da la sensación que Celina está “dormida”, con cierto desinterés y totalmente dominada por asuntos turbios que la terminan perjudicando más de lo que está. Pero a veces surgen organizaciones como éstas, la Red, que le dan un momentáneo alivio a ese manojo de dificultades que se tienen que soportar todos los días. Es algo que le hace bien al barrio, en vista de todas las situaciones impunes que uno ve como vecino constantemente.

Quien quiera saber más de la Red Ciudad Celina, puede encontrarla en Facebook: http://www.facebook.com/RedCiudadCelina

jueves, 17 de marzo de 2016

¿Municipio o empresa? (Parte II)

La repercusión que tuvo la nota anterior fue sorpresiva: de parte de los vecinos tuvo una gran aceptación, mientras que de parte de la Delegación Municipal tuvo un gran repudio. No es para menos, ya que los temas relacionados a esta entidad son siempre bastante turbios y claramente no puede escucharse voz alguna desde el lado de la Delegación. Intenté varias veces tratar de escuchar la versión del otro lado, de lograr acercar también la voz de aquellos que son tan repudiados por los vecinos, pero nunca lo conseguí.

La razón es muy sencilla: es tan sabido ya la clase de hechos realizados que no hay impunidad que valga. Escuchar a los responsables de la Delegación defendiendo lo indefendible sólo confirmaría aún más que los reclamos de los vecinos son auténticos. Puedo dar fe de ello: escucho constantemente los mismos nombres cada vez que hay alguna problemática dentro del barrio.

Sin embargo esto generó ciertos inconvenientes a “Celina Vive” a la que le llegaron quejas por parte de la Delegación. Así que es por ello que me veo obligado a terminar esta segunda parte desde un lugar más “under”, a fin de no agitar más las aguas (por ahora) y terminar perjudicando a quienes no se lo merecen.

Simplemente quiero hacer un par de apreciaciones personales respecto a lo que pasó. Y además, aclarar un par de conceptos que estuve investigando:
  1. Un municipio, en teoría, es aquel grupo de personas que está compuesto por un intendente y varios concejales cuyo objetivo es el de gobernar un territorio determinado. Por lo tanto, un delegado municipal es aquel miembro de ese grupo que los está representando.
  2.  El municipio posee ciertas funciones principales que se encargaría de cubrir en general: la limpieza, colocación de semáforos, pavimentación de calles y veredas, iluminación, creación lugares al aire libre y vigilancia policial. De más está decir que todo esto necesita un constante mantenimiento y arreglo.
Termina siendo una triste ironía que los conceptos de estas instituciones terminen siendo tan idealistas cuando hablamos de Celina. Exceptuando la construcción de ciertas plazas y la reparación de ciertas calles, pocas veces podría decir que he visto que se realicen esas actividades supuestamente básicas. No es sorpresa para ningún vecino celinence que no se priorice el bienestar del barrio, y menos el de los propios vecinos.

Pero ésta es la gran paradoja: los mismos vecinos somos también responsables de esto y no porque seamos los máximos culpables, sino porque el poder de toda una población es mucho más consistente que el de una entidad manejada como una empresa.

Es una situación delicada, ya que esto permite que estén metiéndose cada vez más en los espacios que les corresponden a los vecinos. Y así estamos: se están manejando las cosas que son de bien público como si fueran una compra/venta de productos.

domingo, 13 de marzo de 2016

Un hombre sin cara

Hace no mucho tiempo que comencé a dedicarme a la fotografía. Mis capturas consisten principalmente en ubicaciones de dominio público a las cuales suelen juntarse la gente. Encontré mi punto fuerte en aquellas fotografías que muestran plazas o parques, lo cual es una ventaja dentro del barrio donde vivo, ya que hay muchos lugares así y esto me permite que dé rienda suelta a mis fotos.

Resulta que la semana pasada se me dio por ir probando distintos filtros para mis fotos, de tal manera que parecieran antiguas. Probé muchos: desde tonos sepia hasta simples granulados, pero el que más me gustó fue uno en B&N con bastante granulado (igual que aquellas cámaras antiguas de los años ’40). Esto podría parecer un experimento común de no ser por la sorpresa que me encontré cuando probé éste filtro en particular.


Cuando lo vi en la pantalla de la cámara digital, se divisaba del lado izquierdo una figura desconocida que claramente no estaba en la plaza que había frente a mis ojos. El ruido ambiente de los chicos jugando que escuchaba mientras miraba la foto, fue sutilmente superado por unos zumbidos agudos que no supe de dónde venían, seguido de una repentina migraña que incluso hasta esa noche no se terminó de ir.

Tuve que volver a mi casa porque comenzaba a tener síntomas de gripe (tos, mareos, debilidad, etc.). No pude aprovechar más el día. Mientras volvía, miré la pantalla de mi cámara aún encendida y había una interferencia muy rara en ella, de manera similar a los televisores cuando pierden intensidad en su señal. Nunca pude saber por qué. En cuanto me alejé bastante de la plaza, la pantalla volvió a visualizarse nítidamente.

Al llegar a mi casa y tomarme unas pastillas para la migraña, pasé todas las fotos a mi computadora. Cuando llegue a la foto con la que empecé a sentirme mal, quedé petrificado: esa figura desconocida era un hombre sin cara, de traje y corbata, parado de forma estática en dirección hacia la plaza. Eso sin mencionar que parecía medir como dos metros de alto. Una cosa fue verlo en la pantalla de la cámara, pero con la pantalla de la computadora lo veía en todo su esplendor. Era una imagen sombría, que no parecía augurar nada bueno.

Cuando me recuperé de la gripe, volví a ir a la misma plaza los días siguientes para ver si volvía a encontrarlo. Pero aquel desconocido ya no aparecía. Incluso probando otras capturas desde distintos ángulos y con diferentes filtros, pero nada… el que me escuchara contar esto, pensaría que estoy delirando. Pero la prueba contundente está ahí, y claramente no hay facciones totalmente humanas en esa figura.

Fue una experiencia rarísima. De más está decir que nunca más volví a verlo…

sábado, 6 de febrero de 2016

¿Municipio o empresa? (Parte I)

En esta ocasión, lo que voy a compartir con ustedes, no es ninguna novedad. Es una llamada de atención, como tantas otras señalé hace ya varios meses, de esta mala costumbre que tiene la Delegación de manejar el barrio como si fuera una empresa; de insultar la inteligencia de los vecinos pretendiendo hacer creer que están haciendo cosas por Celina, cuando en realidad lo que siempre hicieron (y hacen) fue generar ganancias propias que de ninguna manera se destina al mantenimiento del barrio.

Durante las vacaciones, unos vecinos me informaron que en Lacarra y Ugarte (sobre Lacarra, en el barrio Sagrado Corazón) hay un espacio verde bastante grande que planean apoderarse para vendérselo a otra gente. De más está decir que esta acción impulsada por la Delegación no tiene ninguna legalidad de por medio: es lisa y llanamente una treta más de las tantas otras que organizan a lo largo y ancho de toda Celina. Una y otra vez, vuelvo a escuchar todos los nombres recurrentes de siempre cada vez que me comentan situaciones de estas características… ya todos sabemos quiénes son…


Los vecinos tenían una idea bastante interesante: convertir ese espacio público en una cancha de futbol abierta y gratuita para todo aquel que desee usarla. El problema está en que comenzaron a llegar ciertas personas que observaban el lugar y mandaban gente como para marcar territorio y quitarles a los vecinos ese espacio que es nada menos que un espacio público.

Excusas hubo muchas y todas ellas una más ridícula que la otra: primero tenían pensado construir una pequeña sede del ANSES, luego querían crear un registro civil, después lo iban a usar como depósito de maquinarias usadas por la Delegación… y así, excusa tras otra, lograban usurpar cada vez más el espacio público que muy poco a poco se iba construyendo.

Muchos de estos vecinos se opusieron férreamente a esta imposición arbitraria, y comenzaron a tomar medidas por su cuenta (no hace falta aclarar que en Celina no hay autoridades, ni siquiera la Comisaría, a quienes podamos recurrir, ¿no?). Se comenzó a erigir una pared de ladrillos a lo largo de la cancha y a enrejar la entrada con la intención de contrarrestar el accionar de la Delegación. Gracias a esto, no vino más ni el Delegado Municipal ni cualquier otra persona en representación de él (por el momento). El asunto quedó en stand-by, vaya a saber por cuánto tiempo.


Esta clase de negocios son cosas de todos los días: ¿cuál es el límite para esto…? ¿No hay nada que se pueda hacer? Por supuesto que sí, aunque implique llegar más lejos: la próxima medida es llevar todo esto a una causa judicial, y que las autoridades correspondientes tomen cartas en el asunto, ya que los vecinos son ignorados por la Delegación durante años y años. La paciencia es una virtud, pero en este caso hay que permitirse dudar de ello.