domingo, 4 de septiembre de 2016

No es sólo el Casco Viejo

Muchas veces se escucha hablar u opinar de nuestro barrio sin tener en cuenta el todo. Es como si el barrio estuviera fragmentado en varios sub-barrios sin reciprocidad aparente. El resultado es que pareciera que todos seamos extranjeros del propio barrio, pero en el sentido de que no hay noticias de unos o de otros.

Siempre traté de hacer hincapié en eso, de que se tuviera en cuenta TODA Ciudad Celina, y no el Casco Viejo, la zona que comenzó todo. No hay que olvidar que existen los barrios Sarmiento y Vicente López (y ahora el barrio José Hernández), los edificios de Gral. Paz y Ricchieri, el barrio Sagrado Corazón, los barrios de Las Achiras y 17 de Noviembre, y el barrio Urquiza. Y en el medio de todos estos barrios, el conglomerado de cooperativas de vivienda en el que hay manejos muy dudosos (ya había hablado de esto el año pasado).


Celina empezó como un pequeño barrio de 50 manzanas (Ricchieri, Gral. Paz, Juan Rava y Olavarría son sus límites), pero con el correr de los años fueron sumándose otras zonas que lo expandieron aún más; entre la inmigración, las cooperativas y todas las problemáticas que eso conlleva, hacen de la Celina actual un manojo de problemáticas que necesitan ser atendidas.

El problema radica ahí: hay una excesiva diversidad cultural que impide la aceptación de parte de un grupo de gente, tanto de un extremo como del otro. Eso sumado a la ausencia total de las instituciones y entidades que supuestamente deberían planificar maneras de armonizar estas dificultades, lo cual hace que todo se agrave todavía más.

Hay gente que esto lo entiende muy bien, pero hay otras personas que no. Y esto da como resultado que haya una increíble falta de comunicación entre las entidades más importantes de Celina, ya que todos están aislados unos con otros y ocupándose de asuntos que no son tan importantes.