lunes, 23 de marzo de 2015

Felicidad superficial

Hay gente que habla en demasía sobre la "felicidad", nombrándola constantemente y hablando al respecto sobre cómo son felices sin que les importe nada. Como si esa fuera la respuesta comodín a todos sus problemas. Es curioso, porque aquellas personas sostienen esto desde un discurso bastante extraño: necesitan expresarlo todo el tiempo, mostrándoselo al resto de manera constante, a modo curricular.


Para empezar... ¿Qué es la felicidad? Supongamos que es un acto de plenitud absoluta en la cuál somos incapaces de sentir malestar en todas las facetas de nuestra vida... Entonces, mi pregunta concreta es: 

¿Por qué yo tendría que demostrarle a todo el mundo que "soy feliz"? 

¿Por qué debería mostrarme y parlotear todo el tiempo a los otros que me siento pleno? ¿Qué tanto necesito mostrarle a los demás una suerte de "comprobación" sobre mi persona en su "máxima plenitud"? ¿Acaso son jueces los demás para que ande necesitando mostrar tooooodo el tiempo lo feliz que soy? ¿No basta con saber a conciencia que me siento feliz, de tener la conciencia tranquila y estar conforme conmigo mismo?

Hasta donde lo tengo claro, se supone que durante toda la vida no hay momentos de felicidad permanentes, ¿verdad?... A veces poner voluntad, si bien es imprescindible, no es suficiente cuando las situaciones son arbitrarias y ajenas a nuestras elecciones. Y cuando eso sucede... ¿qué pasa? ¿Está mal sentirse triste porque una X situación nos supera, o nos duele, o nos aflige? ¿Tan humillante es para algunos mostrar transparencia en sus sentimientos? 

No pretendo que se vayan al otro extremo, de mostrarse "incapaces" o "débiles". Pero convengamos que es la cara de una misma moneda... ¿Con qué objetivo, entonces, hay que demostrar tanta fortaleza ante los demás? ¿No tenemos el derecho de pedir ayuda y mostrar humildad cuando la necesitamos?

Si tanto uno habla de sus momentos felices... ¿Qué pasa entonces con los momentos de infelicidad? ¿Se los evita? ¿Se los esconde? ¿Se los oculta? ¿Se resuelven, o se evitan por miedo al daño que éstos inevitablemente implican? Dicho en otras palabras: ¿Es pecado no sentirse feliz ante una situación que no pudimos prever...? 

Si es así, permítanme dudar de esas personas. Ver tanta hipocresía junta me revuelve el estómago. Hacer oídos sordos a tus propios problemas y tener el descaro de subirse a un pedestal y, necesitar decir todo el tiempo cosas como "es imposible que yo no pueda sentirme feliz", me hacen dudar muchísimo de su felicidad. Vaya a saber los fantasmas que andan persiguiendo a esa persona que huye despavorida de sus propios "demonios"...

No creo que sea el método más efectivo para querer "sentirse bien consigo mismo". Nunca hay una acción (buena o mala) que no tenga consecuencias. En todo caso, lo único que se logra haciendo esto es crear una burda ilusión, a fin de evitar dicha consecuencia. Todo termina siendo un patético acto de cobardía más grande que una casa. No se afronta ni se resuelve el conflicto. Es una simple fachada.

Como bien dice el dicho: "Dime de qué alardeas, y te diré de qué careces"...