sábado, 8 de diciembre de 2012

"¿Quién soy yo... realmente?"

Hace no mucho tiempo, una amiga dejó en Facebook un video en el cual se invitaba a una autorreflexión. Deja un mensaje tan profundo y tan productivo que me movilizó mucho la cabeza. El título lo dice todo. Son diez minutos que posiblemente te liberen de varias tensiones y preocupaciones. Un buen consejo para todas aquellas personas que creen que los calificativos son absolutos...

Muchas veces vemos o realizamos acciones que son motivo de calificación hacia los demás y/o hacia uno mismo. Siempre nos encontramos diciendo cosas como: "No, pero yo soy así, siempre fui así, no voy a cambiar", pero... ¿Hasta qué punto puede llegar a ser tan importante saber cómo es uno mismo? ¿De verdad son calificaciones absolutas? ¿O son sólo palabras que quedan en el aire? ¿Se está obligado a ser de determinada manera? ¿O se puede elegir ser otra cosa?

El video que voy a dejar a continuación, habla sobre la identidad propia de cada persona. Y que cualquier calificativo (bueno o malo) que haya sido adjudicado por uno mismo o por un otro es irrelevante en comparación a lo que somos en realidad. Somos "libres e infinitos", como bien lo dice. Si conocés a alguien que esté preocupado consigo mismo, pasale el video. 

Mas allá de que como seres humanos tengamos esa tendencia a clasificar las cosas como "buenas" o "malas", no dicen lo que somos realmente. Cada uno es apenas consciente de lo ilimitadamente integrados que estamos como individuos. Nada de ser amable, ni descortés, ni humilde, ni arrogante, ni amado, ni odiado, ni de cualquier otra cosa. No hay blanco, ni negro.

Uno es lo que es. Y no necesita ninguna calificación por ello...

(Libertad: Descripción gráfica)

Eres libre.
Estás completo, eres infinito.
No hay final para ti, no hay límite.
Cualquier idea sobre ti mismo que aparezca desaparecerá de vuelta en ti.
Eres la percepción, y la percepción es la conciencia.
Deja que todas las auto-definiciones mueran en este momento.
Déjalas ir, y ve lo que permanece.
Ve lo que nunca ha nacido y lo que no muere.
Siente el alivio de dejar caer la carga de definirte a ti mismo.
Experimenta la verdad de la irrealidad de la carga.
Experimenta la alegría que está aquí.

"Descansa en la infinita paz de tu verdadera naturaleza...
...antes de que cualquier pensamiento de 'yo' surja."




martes, 13 de noviembre de 2012

La problemática del psicólogo

Hace unos días empezó a circular una nota en Facebook donde habla sobre los que estudiamos psicología (yo incluido). Dicha nota trata sobre ciertas cosas que piensan algunas personas cuando saben que, alguien cercano a ellos, la está estudiando. Leer ésa nota fue como un disparador hacia algunas cuestiones mías que quería escribir hace mucho tiempo...

Cuando empecé a estudiar ésta carrera y adquirir algo de conocimiento sobre ella, me di cuenta de que el ámbito que rodea a los psicólogos está frecuentemente mal visto. Personalmente sospecho que éste pensamiento puede venir de personas que hayan tenido una mala experiencia en un tratamiento terapéutico, o que se trate de gente que prefiere creer antes de pensar.

Pero el problema no radica en que te pregunten cosas sobre psicología o que muestren interés en saber lo que uno ve como material de estudio, sino en la gran cantidad de ignorancia ajena que podés encontrar en algunas personas. ¡Y gracias a Dios que son sólo "algunas"! Porque otras personas por suerte saben indagar en éste ámbito con un mínimo de objetividad y curiosidad, y no dejándose llevar por estereotipos.

(Estereotipo del psicólogo: Descripción gráfica)

Es muy chocante para mí ver cómo familiares/amigos/conocidos míos piensan de antemano que yo podría tener la respuesta a todos los problemas (ajenos o no) que se presentaran a mi alrededor. Ya es algo común para mí escuchar preguntas y/o recriminaciones de tipo: "¿Cómo se le llama a tal tema/situacion/loquesea en psicología?", "No confío en vos, me vas a psicoanalizar", "A mí no me vengas a hacer psicología barata", "¿Y vos que estudiás psicología, que opinás?", o "¿Estudiás psicología y no sabés de qué se trata tal cosa?".
  
Cosas así me resultan bastante irritantes, no sólo porque siento que me piden respuestas que no tengo, sino porque además caigo en la cuenta de que no puede ser posible que tengan esa imagen sobre la psicología. Me hace pensar que a veces lo que está "culturalmente dado" puede ser realmente una mierda...

Es por eso que, en vista de todo esto, tengo la necesidad de hacer una bajada de línea a todos esos prejuicios, ya que suelen tomarse muy a menudo, como verdaderos. Porque por lo visto, los demás parecen vernos de ésta manera: 

  • El psicólogo atiende a los locos.
  • No hay que contarle los problemas a alguien que no se conoce.
  • No se necesita un psicólogo, para eso están los amigos.
  • Si uno va al psicólogo, puede terminar enloqueciéndolo.
  • El psicólogo es un charlatán.
  • Para lo único que sirve es para sacar plata. 
  • De lo único que sabe hablar es de sexo.
  • Nadie tiene que venír a decirle a uno lo que tiene que hacer.
  • No hay necesidad de hablar con nadie, uno puede arreglarse solo. 
  • Los problemas propios no los va a resolver otro.
  • Siempre se la pasa "psicoanalizando" a todo el mundo. 
  • No puede ayudar a nadie si él tiene igual o más problemas que uno.   

Como se imaginarán, hay muchísimas "frases célebres" más, que sólo podrían salir de gente que les gusta hablar por hablar, que se creen los dueños de la verdad o que son simplemente ignorantes. Y como dije antes, hay muchos prejuicios sobre los psicólogos (profesionales o estudiantes) que están bastante aceptados por ésta clase de gente. Así que empecemos a aclarar las cosas:

Psicología es una carrera más como cualquier otra.
En una visión muy (pero MUY) básica, la psicología es la ciencia que estudia la mente humana en su más amplio sentido. No nos pasamos día y noche "analizando" a los demás mientras anotamos absolutamente todo lo que sucede a nuestro alrededor. Y no, tampoco nos vestimos todos con la onda freudiana (entiéndase "onda" como: tener anteojos, pipa, camisa y saco, seriedad absoluta, e indiferencia a emociones ajenas). Abran los ojos, gente. Es simplemente el estudio de la mente humana. Así de sencillo.

Los psicólogos somos seres humanos como cualquier otro.
Muchos piensan que, porque estudiamos o nos dedicamos a esto, entonces nuestras vidas son perfectas y somos felices por siempre. Ésta es la creencia más grosera que alguien pueda tener, porque no dejamos de ser PERSONAS, y como tales, también nos angustiamos, nos ponemos tristes, nos equivocamos, nos invade la locura, nos asustamos, nos desesperamos, nos enojamos, nos frustramos, nos deprimimos, nos ponemos ansiosos, nos ponemos inseguros, y así hasta un largo e infinito etcétera. Como todo ser humano que se precie de tal, siempre tuvimos, tenemos, y vamos a tener todos los estados anteriormente mencionados.

Los psicólogos no tenemos una varita mágica.
Es increíble como algunas personas pueden tener la ilusión de que, sólo por estudiar ésta carrera, piensan que podemos ser capaces de resolver cualquier situación sin que nos afecte en lo más mínimo, o que podemos cambiar a las personas a nuestra voluntad, creyendo que podemos "lavarles el cerebro" por un capricho de otro. Incluso hubo ocasiones en las que contemplé, horrorizado, que hasta se atrevían a asociarla y compararla con la parapsicología (no me pregunten cómo fue la situación, no quiero ni acordarme...), como si fuéramos alguna clase de adivinadores o brujos. Pensar barbaridades como éstas deberían ser castigadas...

Los psicólogos no estamos solos en el mundo.
Muchas veces uno cae en ésta paradoja: "Si el psicólogo ayuda a las personas... ¿Quién lo ayuda a él?". Y la respuesta termina siendo una reverenda estupidez: ¡¡Lo ayuda otro psicólogo!! Cuando uno ejerce ésta carrera, los problemas que surjan en su vida personal o con sus pacientes, son trabajados en su propia terapia con otro psicólogo, que además cumple el papel de "supervisor", si es que tiene algún paciente con el que se sienta emocionalmente involucrado. Y éste tema de recibir ayuda es aplicable a cualquier otra carrera. Si un médico está enfermo, va a ver a un médico. Si un abogado tiene problemas legales, va a ver a un abogado. Y así sucesivamente.

(Por si no entendieron...)

Eso debería ser lo que mínimamente tienen que saber sobre las personas que, de alguna manera, estamos vinculados hacia ésta carrera. Una carrera que personalmente me resulta muy interesante, que me fascina y me hace sentir orgulloso de haberla elegido. Es un conocimiento que, como toda carrera en general, te abre la cabeza de una manera excepcional.

Como ven, somos seres humanos comunes y corrientes. Nosotros tampoco somos dueños de la verdad, ni tampoco tenemos ningún don para solucionar los problemas de todo el mundo. Si alguna persona quiere saber el verdadero valor de ésta ciencia, la invito a que empiece un tratamiento terapéutico, o que en su defecto, investigue o lea al respecto. Ir a un psicólogo no es más que la búsqueda de conocerse a uno mismo. Porque más que una ciencia, es como un arte. El arte de descubrir la verdad que cada uno encierra en su interior. 


domingo, 4 de noviembre de 2012

Creer o no creer, ésa es la religión

Mis creencias religiosas fueron originalmente Católicas. No por decisión propia obviamente, sino porque así me crío mi familia. La gran mayoría de la gente que conozco son creyentes. No fue por un capricho de nadie, sino porque así fuimos acostumbrados culturalmente en términos de religión, en donde se estableció que el origen de todo, es por obra de Dios.

Por supuesto no tengo nada en contra de los que crean así. Las cosas que a veces encontramos inexplicables son atribuidas casi siempre a Dios. Estoy de acuerdo en que alguien o algo tuvo que haber dado forma y vida a todo lo que nos rodea, pero por otro lado yo opino que ésta atribución no le pertenece en absoluto a Dios, o al menos, nadie fue capaz de demostrarlo razonablemente.

Mi creencia empezó a cambiar desde que estaba por terminar el secundario, a los 18 años. Hubo muchísimas cosas sobre Dios y la religión Católica (y también sobre la religión en general) que no paraban de hacerme ruido. Las razones eran muchas, y todavía las sigo teniendo. De la religión católica noté que me encontraba repleto de interrogantes. Ya sea por verlas y leerlas desde distintos medios o investigando en profundidad sobre religiones en general, caí en la cuenta de que había muchas contradicciones que parecían hasta rozar lo absurdo. Algunas de las cosas que yo cuestionaba eran:

  • ¿Por qué hablan de cosas como "Dios es amor" o "todos son hijos del Señor", pero a los que poseen otras creencias religiosas (o directamente no poseen) no obtienen "la gracia de Dios"? ¿Acaso no estaban hablando de igualdad y aceptación hace un momento?
  • ¿Por qué razón se supone que con Dios todo es prácticamente un pecado? Si tanto amor tiene para dar, ¿Qué hace estando tan ocupado amenazando a todo el mundo con que se van a ir al infierno?
  • ¿Por qué no se acepta (por ejemplo) el hecho de que algunas personas tienen otra inclinación sexual en su vida? ¿Cuál es el pecado en eso? ¿Ser homosexual o lesbiana equivale a un viaje de ida gratis al infierno?
  • ¿Por qué hay tantos sacerdotes o curas acusados de pedofilia? ¿Y por qué la propia comunidad cristiana los defiende a pesar a de haber cometido claramente un pecado que el mismo cristianismo establece?
  • ¿Y que hay de todas aquellas personas que pasan de creyentes a fanáticos? Hay varios casos en los que comenten delitos y asesinatos con la excusa de que, si no lo hacían, "Dios los iba a castigar"... ¿Cómo es el asunto entonces? ¿Si lo hacen en nombre de Dios entonces pueden perjudicar o asesinar a quien les plazca?

Y con esto podría seguir hasta que se me terminen los caracteres del blog... Otro de mis mayores interrogantes era también el por qué de ser tan rígido, en donde cada persona no era libre de creer o no creer en religiones a su voluntad. Era una idea de absolutismo tan injustificada que hasta me parecía ridícula.

Creo que por más que se esté hablando de algo tan culturalmente fuerte como la religión, hay que abrir la mente y tener en cuenta que no dejan de ser creencias, y como tales no son ni mas ni menos que (en palabras de Moscovici) "ideas y/o opiniones que las personas construimos socialmente y son moldeadas por lo que otras personas crean o digan".

¿Qué pienso yo de la religión? Con lo que estuve viendo e investigando por distintos medios, lo que puedo decir es que (a mi criterio, claro está) la religión surgió desde el principio de la humanidad como una necesidad de buscarle un sentido o una razón a lo que no podemos explicar con hechos y/o con palabras, atribuyéndolo generalmente éste merito a una deidad que no se puede ver ni tocar. También pienso que uno tiene la libertad de creer o no creer en lo que se le plazca. En éste sentido estamos abiertos a un mundo de posibilidades, no de hechos. Y es obvio por qué digo esto: porque por algo son creencias religiosas, así que como tal, cada uno tiene que ser libre de sacar sus propias conclusiones y poder elegir (o no) la creencia que le resulte más convincente sobre el origen todas las cosas.


Son sensaciones muy raras las que tengo ahora. Parece que hubiera entrado en un estado de confusión, pero al mismo tiempo de claridad, porque no descarto la existencia de algo o alguien que sea superior al ser humano (y además responsable de toda ésta existencia), pero al mismo tiempo estoy convencido de que ése no es Dios. De hecho no tengo idea de quién es ese alguien o algo que hace posible todo ésto. Pero de una cosa estoy seguro, y es que sólo voy a saberlo cuando me llegue la hora. ¿Quién está del otro lado cuando nos morimos...? No se. Puede ser Dios, o Alá, o Buda, o Jehová o quien sea. ¡O quizá no hay absolutamente nada y nos estamos quemando la cabeza en vano!

Cuando terminé el secundario, caí en la cuenta de que cualquiera que sea el resultado final cuando me muera, no voy a saber lo que me espera del otro lado porque simplemente ya no vamos a existir más. Estamos en un mundo común y corriente. Es imposible para nosotros saber algo que implique ir más allá de nuestra existencia. Es un saber totalmente inaccesible. Nos guste o no, tenemos que aceptar de que hay cosas a las cuales nunca vamos a saber del origen de su existencia. Todo está abierto a un sinfín de posibilidades, y así como quizá encontremos las respuestas después de la muerte, también es posible que jamás las encontremos ni en esta vida ni en la otra.

Luego de haber llegado a ésta forma de pensar resulta que, pasados unos años, todo lo que pienso actualmente sobre la religión tiene un nombre. Fue muy extraño, y hasta gracioso. Nunca me hubiera imaginado que un pensamiento así estuviera perfectamente conceptualizado. Y que además fuera creencia de varias personas alrededor del mundo. Pero terminó siendo así. Ahora pasa y resulta que, sin darme cuenta, mi pensamiento resultó ser Agnóstico.


No sé quien está del otro lado. 
Quizá sea alguna deidad, quizá no sea nada.
No estoy seguro de ninguna posibilidad. 
Pero de lo que sí estoy seguro es que en ésta vida no la puedo encontrar ésta respuesta, porque va mas allá de nuestra experiencia real y concreta. 
Ser agnóstico es aceptar que ciertas cosas no tienen una explicación de ser o existir porque están en otro plano. 
Un plano al que, o por ahora no pertenecemos, o quizá nunca haya existido...


(Agnosticismo: Descripción gráfica)

jueves, 18 de octubre de 2012

Hoy es un día de fiesta...

Inesperadamente me veo en la necesidad de escribir algo que pensé que iba a llevar más tiempo para que suceda, pero para mi sorpresa, ocurrió todo bastante rápido. Y es que es la verdad: hoy es un día de fiesta, pero no porque haya alcanzado una meta importante ni porque alguien cumpla años. Sino porque me enteré que se cumplieron muchas de las cuestiones que me estaban dando vueltas.

A pesar de lo irónico que pueda resultar el título, no puedo hacer más que alegrarme al saber que ésta persona que alguna vez decía llamarse un "amigo", está cosechando lo que él mismo sembró. Y es que cuanto más pasan los años en mi vida, más me doy cuenta de que tarde o temprano se cumple una regla MUY básica que muchos conocen como el Karma.

 (Karma: Descripción gráfica)

Es increíble como algunas personas pueden ser tan ciegas. En especial cuando se dejan llevar todo el tiempo por sus sentimientos. Y no puedo evitar sentirme hipócrita al decir esto, porque yo también en mis tiempos de adolescencia caí en la misma problemática. Con el tiempo, me dí cuenta de que uno no puede ser totalmente sentimental o racional. Sí... se puede tener cierta tendencia hacia un lado o hacia el otro, pero a fin de cuentas, cualquier cosa en exceso te perjudica. 

El problema es cuando uno ve que ocurren situaciones perjudiciales para los demás o para uno mismo, y aun así, ser incapaz de pensar racionalmente. Lo ideal sería dejar a un lado los sentimientos y poder usar tu capacidad de pensar cuando la situación lo amerite. Eso fue lo que te pasó a vos, que aunque no te nombre, sabés perfectamente que me refiero a vos. Y en lo que a mí respecta, me hace concluir que no solo sos un inmaduro sino que además tenés la impulsividad sentimental digna de un nene de 3 años...

  • Decís que nunca hay que hacer juicios de valor sin saber sus respectivos contextos, y a mí me gustaría saber qué carajo le habrás dicho a tus amigos familiares cuando te preguntaron cómo la conociste. Siempre me imagino algo como: "Bueno, es una historia muy linda de amor, identificación, confianza, y entendimiento. Resulta que era novia de un amigo mío, y cuando cortó con ella, nos pusimos de novios a sólo dos días después de eso. ¿Qué importa si ella quiere drogarse y matarse todo el tiempo? ¡Nos amamos, no cometimos ningún crimen y es algo re profundo!". 
  • Decís que no hay que decir "yo no lo haría, a mí no me pasaría", con la idea de que eso justifica haber lastimado a alguien que depositó una confianza y una amistad en vos. Por supuesto es más fácil decir que hacer, pero esto no es excusa para tomar decisiones sin un mínimo de pensar.
  • Decís que a veces los sentimientos son más fuertes que cualquier racionalidad, cuando en realidad lo que hiciste fue dejar de lado a todas tus amistades por una persona que está totalmente perdida. Una persona que se odia a sí misma, que se deprime e intenta autodestruirse por ello. Una persona que no se permite sentirse bien y que busca una salida mediante drogas fuertes. Una persona que, por todo lo anteriormente mencionado, demuestra tener total indiferencia hacia los demás y hasta se da el lujo de acusarte de "estructurado", como si sus propias actitudes fueran un ejemplo de vida, cuando en realidad es una pobre mina.
  • Por último, decís que el destino te dio una gran enseñanza a tu cabeza, pero sobre todo a tu corazón. Te tengo malas noticias: ese "amor" del que tanto hablás, no es más que una emoción que se encuentra en el cerebro. Así que sí: lo quieras o no, todo lo que aprendés va a tu cabeza. Lo peor de todo es que realmente pensás que, en estas situaciones, los sentimientos son más fuertes que la razón sin importar que haya gente cercana lastimada.

Después de que dijiste todo eso y de tanta palabrería que dijiste esa vez estando cara a cara, resulta que me entero que en el primer mes rompiste con ella. ¿Qué cosas, no...? Casi el mismo lapso... ¿Y ahora qué? ¿Ya te diste cuenta del mal negocio que hiciste, de todas las amistades que perdiste y de la mala reputación que vos solito te ganaste? ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Vas a seguir haciéndote el héroe con cada drogadicta que veas en tu camino? ¿Vas a seguir con el orgullo a flor de piel y pensando que sos re autosuficiente? ¿Vas a seguir poniéndote esa etiqueta pedorra de "yo animador/yo fiestero", que no es más que una excusa para ponerte en orgulloso y no pedir ayuda cuando realmente la necesitás? Realmente me termina dando pena que seas así...

Y a mí no me engaña que pienses en esto como "una enseñanza más", porque sé muy bien cómo te debe estar afectando todo esto. Te guste o no, tengo algo que vos siempre alardeaste en tener: algo que se llama CÓDIGOS. Fue una gran dolencia, pero además fue una desilusión y una decepción para el resto. Y la verdad que lo tenés bien merecido todo lo que te paso. Porque vos solito te buscaste todo este sufrimiento innecesario que tan anticipadamente veíamos que iba a caer en vos. Irónicamente terminaste exactamente dónde estabas: sufriendo y llorando por una chica, pero esta vez sin el respaldo que nunca pudiste (o nunca quisiste) aceptar de nosotros.

 (Amistad falsa: Descripción gráfica)

Y ojalá que se te dé por volver a hablarnos, porque no tenés idea de cómo me voy a reír cuando quieras volver con nosotros (si es que tenés las pelotas para venir a dar la cara), porque la gran mayoría de nosotros te va a cortar el rostro. Todo esto sucedió porque pensaste que podías evitarle lo que te pasó a vos con el alcohol, cuando en realidad cada uno tiene que tomar responsabilidad de sus propios actos y hacerse cargo de lo que hizo. Como consecuencia terminaste haciéndote el héroe, y a cambio de eso tuviste una de las peores pérdidas que te pudo haber pasado.

Señoras y señores: como ven, en ésta vida ninguna cuenta queda sin saldar... si hacés cosas buenas, te van a pasar cosas buenas. Pero si hacés cosas malas, te van a pasar cosas malas. No se preocupen por las personas que alguna vez las hayan lastimado. Tengan fe y miren para adelante, porque como dije al principio "cada uno cosecha lo que siembra". Tarde o temprano cada uno recibe lo que se merece, y esto es perfectamente aplicable no sólo al Karma sino también a la vida misma.

Y para terminar, te dejo un tema que me recuerda mucho a tus actitudes. Ahora sí: chau, que te vaya bien en la vida y ojalá cumplas el sueño de ayudar a muchas drogadictas...


Así que aquí estoy, 
haciendo todo lo posible. 
Aferrándome a todo lo que soy,
pretendiendo que soy un Superman. 

Estoy tratando de mantener los pies sobre la tierra, 
parece que el mundo se está cayendo a mi alrededor. 
Las noches son todas largas, estoy cantando esta canción, 
para tratar de hacer que las respuestas sean algo más que un quizá. 

Y estoy tan confundido sobre qué hacer. 
A veces quiero tirarlo todo por la borda... 

Así que aquí estoy, 
envejeciendo todo el tiempo, 
viéndome más viejo todo el tiempo,
sintiéndome más joven en mi mente. 

Y aquí estoy, 
haciendo todo lo que pueda.
Aferrándome a todo lo que soy, 
pretendiendo que soy un Superman. 

Estoy tratando de dormir, perdí la cuenta de las ovejas contadas, 
mi mente está corriendo más rápido cada minuto.
¿Qué más puedo hacer? Sí, no estoy muy seguro... 
sé que estoy corriendo en círculos, pero no puedo salir. 

Y estoy tan confundido sobre qué hacer. 
A veces quiero tirarlo todo por la borda...

Controlando que todo esté en su sitio, 
me estoy sintiendo débil, no me siento bien. 
Me estás diciendo, que tengo que cambiar,
diciéndome que debo actuar de acuerdo a mi edad. 

Pero si todo lo que puedo hacer 
es simplemente sentarme y ver el tiempo pasar. 
Entonces tendré que decir adiós, 
la vida es demasiado corta como para verla volar... (como para verla volar)... 

domingo, 23 de septiembre de 2012

Viaje para el recuerdo

Todos tenemos un viaje memorable. Al menos yo lo tengo. Y podría apostar que el resto de las personas tendrán al menos algún viaje el cuál consideren que haya sido como "el mejor de todos", o al menos "uno de los mejores". Pero más de uno se preguntará: ¿Qué tanto te puede pasar en un viaje para considerarlo memorable? Y la verdad que es difícil, porque supongo que deben depender de muchos factores. Así y todo me atrevería a decir que por sobre todas las cosas depende más de la cantidad de momentos que hayas vivido en ese viaje, pero a tal punto de que te marquen un antes y un después. Que te den ganas de volver a ir allá si pudieras retroceder el tiempo. Que cuando recuerdes todo lo que hiciste allá te produzca felicidad. En fin, que nunca te arrepientas de haber viajado.

Siempre hay algún viaje que te marca como uno de los momentos más felices de tu vida. Y si yo tuviera que elegir uno, elegiría de cabeza el viaje de egresados de Bariloche que tuve en el 2009. ¿Habrá más adelante algún viaje igual o mejor que este? Lo dudo, pero nunca se sabe. Lo único que sé es que hasta el día de la fecha, éste fue el mejor viaje que haya podido hacer en mi vida. Es raro pensar que hoy me haya puesto en nostálgico después de haber pasado 3 años (un 12 de septiembre del 2009). De hecho a esta altura el viaje a Bariloche ya me resultaba ajeno por esa cantidad de años, pero hay una buena razón...

Resulta que no fue sino gracias a una compañera que no veo hace mucho tiempo, en donde nos recordaba a todos por Facebook que ese mismo día, pero hace 3 años, nos íbamos hacia Bariloche. Y al más puro estilo de las pelis antiguas, se me vinieron miles de imágenes sobre el transcurso de todos esos días. Y ahora (unos diez días después de haber leído eso) sueño que estaba ahí con ustedes, de vuelta en Bariloche. Eso sí que fue un flash tremendo... y fue lo que me motivó a dedicarle esta nota a todos nosotros, a los 12 que fuimos allá a tirar la casa por la ventana. En esa semana de pura joda donde pasaron tantas pero tantas cosas, que si las nombrara todas no las terminaría más (y algunas sería mejor no nombrarlas :P). Pero basta sólo con recordar algunas para asegurarme una vez más de que fue el mejor viaje de mi vida.

Desde las excursiones, donde fuimos a lugares impresionantes, a esquiar, a darnos con bolas de nieve, a hacer guerra de almohadas, a hacer juegos al aire libre, a caminar por bosques, a jugar paintball. Pasando por las noches de joda, desde las previas que hacíamos en el hotel hasta bailarnos todo, ponernos en pedo, sumarse a los pogos y quedar hecho pelota, y hasta a veces volver antes al hotel sólo para boludear entre nosotros. Los cantitos que hacíamos sin importar que hora sea, la fiesta de disfraces en Genux, el fogón, la cena de velas en Grisú... todo eso y muchas cosas más que en mi opinión no hubieran sido lo mismo sin ustedes, ya que honestamente no esperaba pasarla tan pero TAN bien en un viaje, y menos con ustedes chicos, que casi todos eran de la famosa "banda del fondo", ¿se acuerdan?. A pesar de que siempre me juntaba con otra gente, tengo que decirles de corazón que fue inolvidable ir a Bariloche con ustedes.

Y también hay muchas cosas graciosas (al menos para mí) que voy a recordar de ese viaje: gente que se robaba cosas del VIP de los boliches estando con un pedo bárbaro, enrollar a alguien con papel higiénico para que parezca la momia y encima que quede mareado por todas las vueltas que le dimos, volver al hotel con un pedo que no sabés ni en que cama te fuiste a dormir,  jugar al gallito ciego con prendas durante la previa, dejar los cuartos literalmente con todo el piso lleno de ropa, hacer enchastres con lo que tomábamos y con lo que fumaban y dejar todo tirado cómo si fuéramos linyeras, y OSCAAAAAR jajajaja tampoco me olvidé de eso, ¡por dios!, me acuerdo como lo gritábamos y me sigo cagando de risa ajajaja.

Y como decía el chabón que nos habló en la cena de velas: "Solo faltó una única cosa para que este viaje haya sido perfecto, y es que hubieran podido venir todos los que no pudieron". Y la verdad que está en lo cierto, pero no por haberme sentido incomodo con los que fueron, sino porque los que no pudieron venir no tienen idea del viaje que se perdieron. Y la verdad es que así y todo no me arrepiento de como se dieron las cosas. Así que bueno. Éste es mi pequeño homenaje a todos los que fuimos. Para que cuando lo recuerden, lo hagan con una sonrisa. 

Por último, no voy a terminar con esto sin antes decirles: ¡Los quiero a todos! Y que gracias a ustedes y, a toda la buena onda que le pusieron cada día, la pasé genial. A ustedes, que superaron todas mis expectativas, a todos y a cada uno les digo:  


¡Mil gracias por haber hecho de Bariló un viaje de puta madre! =D