lunes, 29 de agosto de 2016

Un manojo de emociones

Hay tantas situaciones en juego, tanto buenas como malas, que son difíciles de describir. Tengo la sensación de que son emociones extremas, que no hay todos los matices en gris que debería haber… ¿Cuál es el límite? ¿Lo hay realmente? ¿Debería ignorarlo y hacer de cuenta que tales sensaciones no existen? ¿O debería reconciliarme con este manojo, aceptándolo tal como es?

Cada vez que lo pienso con tranquilidad y contemplo aquellas situaciones sin etiquetarlas, realizo que simplemente están ahí: registradas en mi cabeza sin más. Posiblemente algo enredadas entre sí, no con objetivos imposibles pero sí difíciles de resolver. Porque está el hecho de que a veces se acumulan tantos malestares juntos que uno no sabe cómo accionar.

Es como una bomba de tiempo… ¿Y ese malestar necesita germinar poco a poco hasta que sea incontenible y habilite el accionar necesario?


No es nada del otro mundo. Soy perfectamente consciente de que las situaciones en sí mismas son estados y no imposiciones. El problema está en resolver qué hacer mientras tanto para que esos malestares sean encauzados de la forma más sana posible… Cómo poder mitigarlos al menos.

En ese sentido, me siento incomprendido. Al menos por las personas que más quisiera que me entiendan. Algunos sí lo hacen… otros no. Y es ahí donde no tolero que sea incomprendido. Quizá estoy siendo muy egoísta. No creo que sea posible pretender que todo mundo me entienda...

Es difícil, pero llevadero… al menos durante ciertas tandas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario