¿Hasta dónde somos capaces de llegar con tal de obtener lo que poseen los demás?
Hace
algunos días tuve la suerte de volver a ver “Silence of the lambs” (literalmente
“El silencio de los corderos”, pero es mejor conocida como “El silencio de los
inocentes”). En ella, el Dr. Hannibal Lecter, (un brillante psiquiatra y
psicoterapeuta devenido en un peligroso caníbal y asesino serial), ayuda a la
estudiante del FBI Clarice Starling a localizar a un terrible homicida que
parece tener alguna motivación especial respecto a sus víctimas (son todas
mujeres, con sobrepeso, y a cada una les “quita” algo de piel).
Bajo
esta premisa comienza una búsqueda intensa bajo la asesoría del Dr. Lecter,
quien tras las rejas ayuda a la agente Starling a explorar la mente de este
“malvado” asesino a fin de descubrir por qué hace lo que hace, y así
lograr anticiparse ante la próxima víctima para poder detenerlo.
Sin
embargo, hay un intercambio interesante entre ambos protagonistas (y es, creo
yo, lo más significativo de la película): el Dr. Lecter pide algo a la agente
Starling a cambio de su ayuda: indagar en su vida privada… por lo que no tiene
otra opción más que acceder a ello. Y aquí comienzan los cuestionamientos con
respecto a los MOTIVOS por los cuales cada uno hace lo que hace… porque con
cada conversación (o más bien debería decir “análisis”) que ellos tienen, se
ahonda más en un factor importante: la codicia, incluso cuando llega a
limites dañinos y nefastos. El asesino busca de alguna manera cumplir un
propósito a través de estos asesinatos… ¿pero por qué…? Y ahí está la clave: ¡Lo
que se pone en juego aquí, es la manera en que cada uno CODICIA en otro lo que
a uno mismo le falta!
¿Les
resulta conocido? ¿Quién no ha anhelado uno lo que el otro tiene? ¿Quién no ha
codiciado, teniendo uno esa falta, lo que los demás poseen? ¿A quién no lo ha
movilizado conseguir a toda costa por fuera aquello que no podemos elaborar (y
en especial, ACEPTAR) de nosotros mismos…?
No voy
a revelarles detalles de la película, lo mejor es que la vean ustedes… pero durante
transcurso de la misma se va suscitando varios interrogantes interesantes… como
por ejemplo… la agente Starling ¿quiere capturar al asesino por el deber propio
de su profesión, o (en palabras de Lecter) para “callar a los corderos”?
(es decir, para reparar algo suyo, traumático, de su pasado) ... el asesino
¿mata porque es malvado o porque quiere conseguir algo de aquellas mujeres que
asesina? Y así como estos dos interrogantes, hay muchos más para descubrir;
tarea que se las dejo a ustedes… Más que recomendada esta obra para todos
aquellos que les interesa explorar ese gran interrogante al que estamos
persiguiendo los psicólogos constantemente:
“¿Por qué uno HACE LO QUE HACE?”