martes, 23 de marzo de 2021

El Padrino y los roles familiares

¿Cuánto nos cuesta despegar de los mandatos que no queremos?

Seguramente muchos conocen la legendaria trilogía del Padrino, protagonizada por nada menos que dos titanes del cine: Marlon Brandon y Al Pacino, interpretando respectivamente a Vito Corleone y su hijo Michael Corleone. Esta saga no solo revela cómo es la interna de las mafias italianas radicadas en los EEUU del ’40, sino también revela la interna familiar que se disputa entre los hijos de Vito Corleone, los roles a futuro que se tienen para cada uno y, lo más importante, si ellos ACEPTAN o no esos roles, con sus respectivas consecuencias.

Más allá de que recomiendo encarecidamente ver las primeras dos películas, hay elementos desde los roles familiares que resultan muy interesantes de analizar. Es el ABC de lo que tratamos de hacer como psicólogos, que no es otra cosa que CUESTIONAR si los roles que uno como miembro recibe (y que además acepta) son realmente lo que nosotros queremos, o dicho de un modo más técnico, que estén en sintonía con nuestro deseo, con lo que queremos construir como proyecto de vida.

El ejemplo más notorio sin dudas es el de Michael, quien en principio fue un héroe de guerra en el ejército y poseía un futuro prometedor dentro de las fuerzas armadas (todo conseguido por mérito propio), y sin embargo, la desesperación de ver a su padre Vito en peligro de muerte lo hace llevar a comenzar otro camino del cual uno no puede sentir más que impotencia ante el nuevo rumbo de su vida: durante las primeras dos películas se revela que no solo continuó el mandato como “Padrino” sino que además devino en un ser despiadado, quien no tuvo reparo en asesinar a quien se le cruzara en sus objetivos...

La misma observación puede hacerse con Fredo, el hermano de Michael. Durante las películas se deja entrever que Fredo no posee la actitud necesaria para ser parte del circuito mafioso (es temeroso, inseguro e incrédulo) y que de hecho se sugiere que él sería más feliz y más seguro de sí mismo realizando cualquier otro proyecto de vida que no sea ese; sin embargo hay un ansia de poder que lo incita a quedarse en el “círculo de los Corleone” e incluso rivalizar con Michael, a quien le reclama en la segunda película que siempre lo tienen como el “tonto e inútil” y que “merece respeto”…

Llegados a este punto… cabe preguntarse: Si tanto Michael como Fredo poseían puntos de vista distintos a su familia sobre cómo realizarse como individuos ¿por qué no lo hicieron? ¿Por qué prefirieron elegir el camino que su padre Vito eligió para ellos a expensas de su libre elección? ¿Por qué importó más quién podía ser “mejor que el otro” una vez que el puesto de “Padrino” estaba en disputa? ¿Hasta qué punto llegó esta rivalidad por ver quién era mejor que el otro? ¿Cómo creen ustedes que pueden terminar estos caminos elegidos?

Eso deberán averiguarlo ustedes mirando la trilogía, que les advierto que es larga, pero vale enormemente la pena. En especial para tomar conciencia de la GRAN importancia que tienen los padres para inculcarles valores sanos y de autonomía a sus hijos.