miércoles, 15 de mayo de 2019

Cuidado con los vampiros

Están ahí…
Están acechando…
Y te pueden cagar la vida en cualquier momento…

No son pocas las personas que alguna vez se toparon con esta clase de personaje… son muy reales, y a diferencia de los vampiros ficticios, éstos lo que te roban es energía, tiempo vital, bienestar propio… ponele el nombre que quieres: lo importante es que las consecuencias pueden ser muy fatales…

Dross, en su canal de YouTube, dio en el clavo con esta analogía. Los vampiros reales son personas que te cansan emocionalmente, y oh casualidad que el cansancio emocional es muy real en esta vida (hagan la prueba, googleenlo; hay incluso investigaciones sobre este tema). Y estos vampiros no respetan ningún tipo de rol: pueden venir en la forma de amigo, novio, compañero, familiar… de una forma u otra va a intentar absorber tu tiempo y tus ganas de buscar tu propia felicidad.

Les dejo el video que me inspiró a “correr la bola” sobre este tema, porque considero que es necesario estar conscientes de esto. Así que, al igual que Dross, les advierto: tengan mucho cuidado con los vampiros… sobre todo los más jóvenes (y no tan jóvenes).


martes, 14 de mayo de 2019

Tareas en psicoterapia

Tercera y última parte del resumen sobre la labor del psicoterapeuta, escrito por Chris Kleinke. En esta sección vamos a hablar sobre los obstáculos que se presentan durante el proceso psicoterapéutico. Los que hayan atravesado este camino (tanto paciente como terapeuta), saben perfectamente que el camino al cambio no siempre es suave: hay altibajos y obstáculos que deben saber cómo superarse. Enfrentarse a uno mismo, con sus virtudes y falencias, siempre es una tarea ardua y llevadera.

Para ello, es necesario tener en cuenta varios principios básicos en la tarea de la psicoterapia:

A.    Trabajar al ritmo del paciente: Ir a un paso que el paciente pueda soportar y que al mismo tiempo se lo pueda animar a dar esos pasos eficazmente. El cambio comienza cuando está preparado para asumir riesgos reales.
B.    El paciente es responsable de su cambio: El éxito que experimenta en la terapia siempre se lo atribuye al paciente y no al terapeuta. ¿Por qué? Porque si bien el terapeuta trabaja conjuntamente con el paciente, este ultimo es quien debe generar las fuerzas para superar los obstáculos de su vida.
C.    El cambio requiere acción: El paciente debe ser fomentado para que participe activamente de sus propias acciones; además de que habla, también debe hacer.
D.   El cambio requiere riesgos: Básicamente se necesita mucho valor para enfrentar situaciones límites que le obliguen a abandonar sus formas habituales de pensar y actuar (alejarse de su “zona de confort”) y aventurarse a un terreno desconocido. Siempre es doloroso el cambio y siempre da miedo, por lo que el paciente deberá convencerse de sus ventajas y animarse a que se enorgullezca de sus logros.

¿Y por qué es difícil cambiar? Por la RESISTENCIA, y hay diversas razones de esta dificultad:

1.    El cambio asusta: La resistencia actúa como una autoprotección, ya que al abandonar estilos que resultan familiares, implica renunciar a una parte de sí mismo (algo que posiblemente se encuentre en el orden de lo estructural). Este coraje de abandonar la resistencia debe ser reconocido por el terapeuta.
2.     Personas reactivas: El paciente tenderá siempre de manera casi natural a reaccionar en contra de aquella que sea una influencia o presión de otro. Perciben que su sentido de “libertad personal” se ve amenazado e intentan individualizarse del terapeuta.
3.   Interferencias de otros: Los amigos y familiares pueden estar tan asustados del cambio como el paciente mismo, por lo que se debe tomar en consideración a dichas personas, e incluso citarlas junto con el paciente a sesión si es necesario. El terapeuta, en este caso, puede enseñarle a su paciente ciertas competencias que le permitan negociar con aquellos que pueden estar oponiéndose a sus esfuerzos.
4.     Logros secundarios: El famoso “beneficio secundario del síntoma” que lo mantiene en su zona de confort. Es necesario cubrir las necesidades de esos síntomas en una forma más adaptativa.
5.     Falta de competencias: Hay que tener cuidado de que el paciente tenga el entrenamiento suficiente para llevar a cabo el cambio adecuado, por lo que enseñarle competencias para el cambio resulta fundamental.
6.    Pesimismo: Lograr que el paciente crea en sus capacidades hace bajar su nivel de desesperanza, lo que evita un posible autoboicot en sus metas terapéuticas.

Características principales de la resistencia:

·         Comportamiento antiterapéutico (faltar a sesión sin avisar, no tener continuidad…).
·         Desaprobar las actividades terapéuticas (alimentar al beneficio secundario del síntoma…).
·         Falta de adherencia a las metas terapéuticas (posibles interferencias de otras personas…).

lunes, 13 de mayo de 2019

Ayudar a otros... ¿por egoísmo?

Suena contradictorio, ¿no? El hecho de que uno ayude a otra persona y que sin embargo no lo hizo porque percibe que ese otro necesita una mano... Entonces, ¿cuál es el sentido de la frase?

Porque sí, yendo a lo más básico, si una persona necesita ayuda con algo y la otra persona (dentro de sus posibilidades) puede darle una mano, ¿por qué no? Vaya y pase… pero la clave de todo esto está en la intención con la que uno ayuda al otro.

Uno ayuda a otro para darle el “empujón” que le hace falta para completar algo, sea en la forma o situación que sea. ¿Pero qué pasa cuando uno ayuda desde el egoísmo? ¿Les suena familiar?

Hablo de algunas personas que solo ayudan para quedar bien, o para evitar conflictos con los demás, o incluso peor, para sacar algún beneficio propio como, por ejemplo, echar en cara a ese otro la ayuda que le ofreció. Ser justamente un malagradecido con aquel que te agradeció por la ayuda que le ofreciste, sin saber que tus verdaderas intenciones eran ejercer un poder egoísta sobre él.

Nada menos que Micky Vainilla (el emblemático personaje de Capusotto) recrea perfectamente el sentido de lo que trato de decir:

“Porque lo importante no es ayudar al otro, sino sentirse bien con uno mismo”

A partir de ahí, cada uno sabe cuántos muertitos son los que tienen que cargar en su conciencia… Tengan cuidado no solo a quienes ayudan; sino también a los que les ofrecen ayuda. Porque posiblemente, con cierta gente alrededor, es preferible arreglárselas solo y desarrollar más autonomía...

domingo, 12 de mayo de 2019

Metas en psicoterapia

En esta segunda parte del material elaborado por Chris Kleinke, vamos a explorar las metas más comunes dentro de un tratamiento psicoterapéutico. Anteriormente nos enfocamos en los componentes más comunes; y ahora el foco está en a qué queremos llegar con este tratamiento.

Podemos incluso pensar la psicoterapia más allá de un “tratamiento” psicológico, sino más bien como una relación de trabajo entre paciente y terapeuta con el fin de buscar soluciones a los problemas, es decir, soluciones con más ventajas y beneficios de las que ya habían intentado antes de comenzar una psicoterapia.

Si seguimos dándole una vuelta más de tuerca, podemos pensarlo incluso como una asistencia hacia su maduración, y con ello, lograr a conciencia que el paciente pueda contemplar de dónde viene y hacia dónde va (tener en claro cuál es su estado actual y cuál es su estado deseado). Todo esto implica que el paciente gane flexibilidad en sus conductas, en sus creencias, en sus expectativas y en sus modos de afrontamiento.

Dicho todo esto, ¿a qué le damos más énfasis entonces dentro de un tratamiento? Básicamente a tres aspectos:

1.     Énfasis al AFRONTAMIENTO (y no a la patología)
El paciente no llega a terapia para que le expliquen su posible patología, sino que lo hace porque sus soluciones intentadas no funcionaron. Así que, como terapeutas, nuestro trabajo consiste en ayudar a superar ese estancamiento en sus soluciones, debido a que le generar estilos erróneos de afrontamiento. Esto puede lograrse dándole más importancia al “para qué” de sus soluciones.

2.     Énfasis en el CAMBIO (y no en la curación)
Si contemplamos sus problemas como “problemas del vivir”, la idea de curación es inconcebible. Por ende, no se pretende una “curación total” sino una mejora significativa en sus dificultades actuales para que pueda tener conductas más adaptativas. Apreciar el cambio como una posibilidad y que sobre todo elijan lo que quieren y pueden cambiar les va a generar que, en vez de preguntarse “¿por qué debo cambiar?” terminen preguntándose “¿por qué no?”.

3.     Énfasis en la RESPONSABILIDAD (que el paciente se haga cargo)
Desanimar al paciente a que se exprese mediante excusas (como el “no puedo evitarlo”, “es más fuerte que yo”, “soy así”, etc.) y animarlo que se exprese en un lenguaje de responsabilidad (“elijo hacerlo así”, “hago esto porque no encuentro una manera mejor”, etc.). Esto le permite ser capaz no solo de asumir la responsabilidad de sus actos, buenos o malos, sino también apuntar hacia la búsqueda de mejores soluciones.

Volviendo al tema de las metas dentro de una psicoterapia, cabe aclarar que siempre son de acuerdo con los problemas y deseos específicos del paciente. Sin embargo, en todos los casos podemos encontrar seis metas fundamentales que hay en común dentro de toda psicoterapia:

·         Superar la desmoralización y ganar esperanza
Las desmoralizaciones más comunes son aquellas que generan sensaciones de incompetencia, baja autoestima, alienación y desesperanza. Al ganar esperanza, en cambio, se generan sensaciones de fuerza, de energía y determinación para alcanzar las propias metas. Con ello, se logra también mayor confianza en uno mismo y en sus competencias, permitiendo que se encuentren caminos más “fructíferos” a la hora de visualizar los problemas como desafíos y no como amenazas. Poniéndolo en un sentido más filosófico: no esperar algo de la vida, sino que la vida espere algo de ellos.

·         Fomentar competencia y autoeficacia
Con “competencia” nos referimos a ser competente en la adquisición del autocontrol; y con “autoeficacia” nos referimos a la habilidad de ejercer conductas que son necesarias para dominar los desafíos de la vida (posee una influencia importante en la cognición, motivación y estado de ánimo) y que le hace tomar conciencia de sus fuerzas y flaquezas. La actitud de la autoeficacia, entonces, está centrada siempre en lo siguiente: la convicción con la cual realiza su conducta, la dificultad que está dispuesto a asumir y la visualización de su confianza, es decir, hasta donde se siente capaz de llegar. Como en la meta anterior, todo esto desemboca en contemplar los problemas como un desafío.

·         Superar la evitación
La evitación es la fuerza motora más común que suele estar detrás de los problemas. Esto, a la larga, genera sufrimiento el temor al problema que al problema en sí mismo. Superar la evitación implica enfrentarse con sus problemas firmemente hasta encontrar soluciones apropiadas

·         Ser consciente de la ideas erróneas de uno mismo
Nos referimos a las famosas distorsiones cognitivas que deben ser modificadas en el paciente y que no respondan a sus intereses. Para ello, existen ciertas maneras de reevaluar concepciones erróneas: animarlos a ver en qué medida está afectada su vida, preguntar para centrar la atención en sus creencias, invitarlos a observar su propio comportamiento, experimentar los efectos que genera en sus sentimientos y en las reacciones de otros.

·         Aceptar las realidades de la vida
La importancia de aceptar y aprender a afrontar esas realidades inalterables, “lecciones” en las cuales algunas cosas que debe aceptar son: el mundo tiene aspectos buenos y malos; soportar las inevitables frustraciones, tensiones y privaciones; defender nuestros derechos; establecer metas realistas; perfeccionar lo interpersonal ya que es beneficioso; ser honesto con nuestros propios sentimientos; apreciar la actitud cooperativa de los demás; algunas personas tienen autoridad sobre nosotros y debemos afrontarlo; desarrollar nuestro propio sentido de la identidad, autoestima y autoeficacia.

·         Lograr el insight
Insight es una palabra en ingles que significa “revelación” o “perspicacia”, y se refiere a tomar conciencia de por qué los pacientes eligen funcionar como lo hacen. Esto hace hincapié en un modelo compensatorio que implica que no son responsables del problema, pero sí de la solución. Tanto en el aquí y ahora como en el pasado, el insight ayuda a que el paciente no solo consolide su relación con el terapeuta sino también que comprenda la razón por la cual estructuró sus estilos inadaptados y poder investir su pasado como motor para el cambio.