viernes, 23 de mayo de 2014

La paradoja entre lo relativo y lo absoluto

Este pensamiento me surgió luego de reflexionar una paradoja interesante (que cuando la investigué un poco me di cuenta que no era el único que había llegado a lo mismo). Voy a tratar de plantear mi pregunta de la forma mas clara posible: Si todo es relativo, ¿entonces lo relativo no se está volviendo absoluto? Porque al decir que todo es relativo, entonces ya se está afirmando algo como absoluto. 

Y así podríamos seguir maquinando la frase en un bucle infinito, sin poder encontrarle solución... A esta altura, muchos ya se habrán dado cuenta que esto tiene que ver con la frase tan popular de Einstein: "Nada es absoluto, todo es relativo"


(Lo relativo: descripción gráfica)


Recuerdo que en la facultad hablamos sobre esto, y había una teoría muy parecida que confirmó mi paradoja (en nuestro caso, la vimos como "rigidez" y "flexibilidad"); no quiero explayarme demasiado con esto, pero básicamente (y muy a groso modo) se explicaba que ambos factores conviven recíprocamente durante toda la vida, porque si hay demasiada rigidez, no hay posibilidad de aceptación externa, pero si hay demasiada flexibilidad, nunca termina de consolidarse una identidad propia.

Dicho esto, me gustaría sacarle un provecho más productivo a esta frase: algo no tan existencial y más bien concreto. Por ejemplo, esa gente que, con la excusa de aceptar un mundo de relatividades (de puntos de vista, bah), imponen una forma de pensar que es absoluta, única y por ende incuestionable.

Esto lo vi sobre todo en Facebook... ¿A qué personas me refiero? Simple: a esas que hablan de forma tan melodramática sobre lo que les gusta o no les gusta. Esas personas que exteriorizan sin ningún pudor o fundamento alguno pero que, cuando les compartís tu visión del mundo, te desvalorizan lo que decís, y no conforme con eso te desprecian de la manera más baja del mundo: te tratan de infantil, de ser poco reflexivo, de no leer ni instruirte; y como frutilla del postre, te acusan de no ser abierto a opiniones.

Santa ironía... porque son todas actitudes que curiosamente los hacen ver a ellos como absolutistas, contrastando muchísimo con sus supuestos ideales de "relativismo". Eso también es NO ser abierto a opiniones.

En esta vida hay gente de todos los palos, pero creo que uno de los tipos de personas más despreciables que se puedan encontrar son justamente las que acabo de mencionar: personas que afirman aceptar la diversidad de opiniones pero que, a la hora de la acción, demuestran ser las personas mas intolerantes e hipócritas del mundo

Lo digo desde el corazón: hay que ser demasiado egoísta, demasiado atrasado y cavernícola para creer realmente que sólo tu punto de vista es aceptable, más allá de que no estés de acuerdo con lo que opina el otro. ¡Y encima tratar de hacer oídos sordos como un nene chiquito que se tapa los oídos gritando "lalalalalalala"! Como si alguien con dos dedos de frente se tomara la molestia de "imponer" una opinión cuando simplemente la está expresando y listo. 

Lo que esta clase de gente no entiende (porque son auténticos enanos mentales) es que justamente conocer en qué se basa el otro para opinar distinto es lo que va a revelarte a nivel real por qué tu opinión es diferente. Pero en fin, ¿qué se le va a hacer...? ¿Existirá una salida sana para estas personas que alardean tanto? Yo creo que sí... poner en práctica lo que tanto se llenan con palabras: investigar y observar tantos mundos como les sean posibles, no sólo su mundo propio.


(Mi expresión frente al monitor cuando presencio cosas así por Facebook)


Termina siendo triste en algún punto, porque quizá nunca sean capaces de darse cuenta de lo vacío y lo fútil que es ser alguien que se cree el dueño del saber y ser visto por los demás como un reverendo boludo. Es una pena, ya que los temas que siempre plantean, son debates potencialmente valiosos que ellos mismos echan a perder por su propia imbecilidad.

Afortunadamente, Einstein también dijo otra frase muy copada que viene perfecta para esta ocasión: "La estupidez humana es infinita". Y si esto no es estupidez, qué será la estupidez, ¿no?

martes, 13 de mayo de 2014

"El tipo que bailando se convierte en un idiota"... ¿Por qué lo es?

A muchos quizás no les suene el nombre con el que fue bautizado este curioso sketch del programa "Peter Capusotto y sus Videos", posiblemente porque el eslogan que aparece al comienzo no es presentado como un título en sí. Pero los que vean las primeras imágenes del video, van a darse cuenta enseguida de quien se trata: es alguien que sencillamente fue bautizado (en su cuenta oficial de YouTube) como "El idiota".


¿Y quien es este "Idiota"? Para los que sean seguidores de Capusotto y nunca lo hayan visto, voy a darles una respuesta lo mas clara posible: este señor viene a ser la antítesis de Juan Carlos Pelotudo, quien a diferencia de él, nunca logra conquistar a las mujeres que se propone a encarar. El mismo Idiota lo confiesa al final: "La verdad que no, nunca la pongo". Ahora bien: ¿por qué digo que es una antítesis...?

Veamoslo así: Juan Carlos Pelotudo es, a simple vista, un pelotudo a cuerda. Y el Idiota es ciertamente un idiota. La cosa se torna muy redundante, pero hay una diferencia clara entre ellos que vale la pena destacar:


(Juan Carlos Pelotudo: Contentísimo después de aprender
a tocar la guitarra con el Roña Castro)

  • Juan Carlos Pelotudo siempre añora tocar la guitarra (y posteriormente el teclado, el bandoneón, el xilófono, etc.) con el fin de poder conquistar mujeres. Se lo puede ver frustradísimo tratando de sacar algún tema en la guitarra sin éxito alguno. Hasta que finalmente hace distintos cursos (poco convencionales, claro... ya que en una ocasión aprende a tocar "Escalera al cielo" de Led Zeppelin en 34 fines de semana) y logra tocar la guitarra como un campeón. ¿El resultado? El tipo, en su plena paja mental, logra un reconocimiento público que apenas puede creerlo.


(El Idiota: Cual profesor disciplinado, explicando una estrategia 
de levante conocida como "el videoclip humano")

  • Con el Idiota, la cosa es un poco distinta: el tipo directamente se lanza de entrada al ataque con la certeza de que ya sabe lo que necesita para conquistar mujeres. Y al final lo que demuestra, al aplicar sus "hazañas", es que efectivamente es un idiota; se lo puede ver, asegurándole a una "voz en off", que tiene lo que se necesita para conquistar mujeres (de hecho ofrece estrategias, da consejos y prácticamente hace una cátedra del levante) cosa que queda contrastada al momento de la práctica, porque lo aplica de una forma tan extravagante que termina quedando en ridículo.

A pesar de que ambos tienen un objetivo en común (conquistar mujeres) lo que sucede es que el Idiota, a diferencia de Juan Carlos Pelotudo, no reconoce nunca (o al menos nunca se plantea) que las estrategias que utiliza sean un poco erradas; lo cual le delataría a sí mismo que (a pesar de que al final se sincera bajo la frase "nunca la pongo"efectivamente no tiene ni idea de cómo conquistar a una mujer

Cosa muy distinta le sucede a Juan Carlos Pelotudo, que deja en claro desde el principio que no sabe como conquistar a una mujer, y empieza desde cero (entiéndase: comienza a intentarlo sin saber de qué forma atraerlas) hasta que su frustración por no conseguirlo, lo moviliza a obtener recursos que irónicamente el Idiota alardea tener.


A veces hay que ser capaz de reconocer cuándo uno se equivoca o hace las cosas de un modo inapropiado para los demás, y no terminar justamente como el Idiota. Lo que deja entrever, por lo tanto, es que Juan Carlos Pelotudo (para sorpresa de todos) no resulta ser tan pelotudo como se lo muestra. Todo lo contrario, es tan solo un pelotudo en la forma de hablar y en su apariencia, pero no en sus decisiones.

Y eso lo pone unos cuantos escalafones más arriba que al Idiota: un personaje que, frente a los demás, parece sabérselas todas en cuanto al levante, pero al estar tan enceguecido por su propio ego, en vez de conseguir lo que quiere, lo que hace es generar rechazo.

En resumen, el mismo Capusotto lo deja bien claro en el sketch:

"El tipo se deja elevar, y vuela arrastrado
por los huracanados vientos de la pelotudez"

sábado, 10 de mayo de 2014

Primer publicación en "Celina Vive"

Esto es una muestra en bruto de lo que salió en la edición Mayo 2014 de la revista Celina Vive, de Carlos Romano, quien gentilmente me cedió un espacio para difundir mi trabajo. ¡Gracias Charly! 

Espero que les guste:

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

CIUDAD CELINA
UN REGISTRO FOTOGRÁFICO DE SUS BARRIOS EN TODOS SUS MATICES

Construir memoria colectiva. Ese es el objetivo principal de este proyecto. Desde septiembre del 2012 me dedico a plasmar en fotos cada esquina, cada lugar, cada institución, cada zona en común de todos los vecinos que habitaron y habitan Ciudad Celina. Una suerte de documentación fotográfica de todos los “mundos” que puedan encontrarse: desde el Casco Viejo hasta el Barrio Sarmiento, sin excluir ninguna zona o clase social. Todo este material va para una página de Facebook que activé en diciembre del 2011 y, desde entonces, no dejo de subir retratos de todos los rincones de Ciudad Celina.

La gente en los comentarios escribe sus historias, me recomiendan pasar por otros lugares, ayudan a darle un sentido a esa imagen que están viendo y que algunos recuerdan con mucha nostalgia. Este proyecto es una compilación fotográfica hecha por mí mismo de cada una de las realidades actuales que habitan entre los vecinos. Vos también podes ayudar a mantener la memoria colectiva y aportar tu propio material fotográfico a la página. Cualquier aporte es bienvenido. Acordate… ¡Celina somos todos!

Seguinos en:
       http://www.facebook.com/ciudad.celina.oficial - ¡Corré la voz!

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

(La publicación del artículo que escribí, ubicada en 
la página 25en la edición de Mayo 2014)

miércoles, 7 de mayo de 2014

La máscara social

(Máscara social: descripción gráfica)

El concepto de persona refiere a la singularidad que tiene cada ser humano de ser único y original en sus acciones, sus decisiones, pensamientos y sensaciones. Todos estos factores contribuyen a la conformación de su personalidad.

Su etimología es muy interesante, porque proviene del latín "persōna" y a su vez del etrusco "phersona", que significa literalmente "máscara del actor". Se sostiene que éste significado se originó en alusión a las obras teatrales que se realizaban en la Grecia antigua, en la cual los actores de la obra utilizaban máscaras con determinados gestos faciales (de alegría, de tristeza, etc.) para interpretar sus respectivos papeles.

Parece mentira que le hayan dado un nombre tan acertado y preciso a lo que somos como individuos. Porque a pesar de tener características diferentes en cada uno, somos seres sociales; y como tal, no podemos vivir sin un otro. De hecho, en los primeros años de vida (por poner un ejemplo) es imprescindible que se cumpla este parámetro.

Es una analogía tan perfecta, tan clara, que revela una idea de lo que realmente significa: somos actores, todos y cada uno de nosotros, dentro de este escenario llamado sociedad, en el cual interpretamos distintos papeles (o roles) determinados junto a otras personas.

Pero... ¿y qué pinta en todo esto la máscara propiamente dicha? Que justamente nosotros, como seres sociales, utilizamos máscaras todo el tiempo frente a un otro. Es parte de nuestra especialidad como seres humanos: ser capaces de disimular nuestro estado de ánimo, nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes, nuestros miedos, nuestras tristezas... Y así como en la antigüedad un actor se ponía la máscara y actuaba su personaje, en la actualidad uno podría sentirse en la mayor de las miserias y mostrarse ante los demás con la máscara de la alegría; y éste es tan solo un ejemplo.

Desde que nacemos y nos conformamos como individuos dentro de nuestro primer contacto con la sociedad (que son nuestros padres), ya somos "moldeados" bajo esta característica tan particular. Pueden enseñarnos a ceder un poco (de forma parcial o casi total) esa máscara dependiendo de las personas con las que estemos... Sin embargo, también pueden enseñarnos que, estar siempre bajo esa máscara (sea quien sea) es una defensa fundamental para uno mismo, con el fin de demostrar que se es alguien superior, destacado o notable respecto al otro sin importar el malestar anímico que se esté padeciendo.

Siempre queda algo oculto frente a los demás, algo de lo cual nadie está enterado de su existencia. No importa la cercanía que se tenga con una o varias personas, nunca se termina de conocer a alguien (sea en el contexto/motivo/sentido que sea). Quizá con las personas más queridas nos atrevamos a desvelar un poco más lo que hay detrás de esa máscara, pero incluso ésta revelación no es del todo suficiente...

¿Por qué? Porque siempre queda algo, algún rastro, algún... ¿vestigio, se podría decir? que queda sin mostrarse y que se guarda (posiblemente para siempre) dentro de la intimidad de uno mismo.

Básicamente somos eso: actores sociales que interpretan papeles en diversos escenarios. Esa es la esencia de lo que somos en torno a una sociedad... ¿Qué va a pasar durante el desarrollo de ésta obra llamada "vida"? Nadie lo sabe; como mucho se puede prever, anticipar o suponer... pero más allá de eso, sólo hay una forma de averiguarlo: interpretar tu papel correspondiente, el que sea que hayas elegido.