domingo, 31 de mayo de 2015

Una nueva generación

En un principio creí que estábamos perdidos, que no teníamos conciencia de nuestras capacidades, que no las entendíamos ni nos interesaba: unos simples jóvenes despreocupados de asuntos más profundos.

Algunos pensaban lo mismo, encarnizados en una lucha que nunca existió. La verdadera lucha era contra nosotros mismos, contra nuestros propios fantasmas.

Yo, sobre todo, estaba en la incertidumbre. Temeroso ante un futuro incierto. Pero lo que no me daba cuenta, es que justamente nosotros somos responsables de ese futuro.

Entonces me di cuenta que ahí estaba la clave... ¿Por qué no hacer, en cambio, algo productivo para ayudar a los nuestros, a nuestra generación, que somos los encargados de transformar aquella visión generalizada, de algo distópico, en algo digno y satisfactorio?

No veo la necesidad de impedir semejante tarea. Somos igual de distintos, de diferentes lugares, con diferentes historias, y diferentes circunstancias que (por un motivo o por otro) nos terminaron uniendo a este momento. Es esa diversidad la que nos hace tan capaces de colaborar entre todos, pero sobre todo, de ser valiosos.

Somos distintos. Somos un camino, una transformación, una construcción, una nueva esperanza. Y por fin lo entiendo con claridad.

Por eso les pido, a los que creen que no hay salida: la hay. Y está en nosotros mismos. No estás solo. El futuro es nuestro.

Los estamos… esperando…



viernes, 1 de mayo de 2015

El negocio de algunas cooperativas (Parte II)

Otro caso parecido al que nombré en la nota anterior es el predio que está ubicado en Unanue y Av. San Martín, cerca de los edificios de Tarraubella, donde hay un campo totalmente cercado al cual le colocaron varios carteles como el que aparece en la imagen.


Antiguamente, hace ya algunos años, había un circo en ese mismo lugar. Otros vecinos sostenían que también había un parque de diversiones y una cancha de fútbol apodada "La cancha de Menotti" (en honor a un vecino del barrio con ese apellido, que fue el quien puso los arcos). Sin embargo, ahora ese lugar parece tener un destino muy distinto al de antes...

Vayamos por partes: las siglas INAES refieren a "Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social" (quien quiera saber más, puede entrar a http://www.inaes.gov.ar/) y en teoría, ese predio que hasta hace poco estaba cercado, ahora parece estar registrado allí con su correspondiente matrícula. Todo esto sería completamente apropiado de no ser porque esa matrícula no existe. Cuando uno se pone a buscar en el largo listado de lugares matriculados, se da cuenta de que la número 34102 que figura en el cartel no aparece por ningún lado. ¿Por qué será que a los vecinos ya no les sorprende este tipo de cosas...?

Muchos vecinos afines a este lugar que vieron esto recriminaron sin dudar que esa matrícula es trucha y que se cercó el lugar para un propósito más turbio. ¿Cuál es ese propósito? Nadie lo sabe. El lugar fue recientemente quemado, tanto en el cercado como en el pasto que ya estaba bastante crecido, y nadie parece dar una explicación de lo que sucede o va a suceder allí.

La gran mayoría de los vecinos me contaba (y hasta estaban de acuerdo entre ellos), que son sencillamente terrenos vendidos ilegalmente. Cosa muy frecuente acá en Celina, dado que pasa en todo el barrio (volvemos al tema de la impunidad). La secuencia que siempre me cuentan es la misma: vender tierras a gente extranjera, echar a la gente que vive dignamente para ampliar el negocio, intereses personales, etc. 


Son cosas que se repiten constantemente a la hora de indagar sobre los predios hechos por empresas supuestamente privadas que crean cooperativas así como así: claramente lo que me dan a entender es que hay gente con mucho poder metida en esto, y que puede ser muy peligroso buscar justicia por cuenta propia.