(Máscara social: descripción gráfica)
El concepto de persona refiere
a la singularidad que tiene cada ser humano de ser único y original en sus
acciones, sus decisiones, pensamientos y sensaciones. Todos estos factores
contribuyen a la conformación de su personalidad.
Su
etimología es muy interesante, porque proviene del latín "persōna" y
a su vez del etrusco "phersona", que significa literalmente
"máscara del actor". Se sostiene que éste significado se originó en
alusión a las obras teatrales que se realizaban en la Grecia antigua, en la
cual los actores de la obra utilizaban máscaras con determinados gestos
faciales (de alegría, de tristeza, etc.) para interpretar sus respectivos
papeles.
Parece mentira que le
hayan dado un nombre tan acertado y preciso a lo que somos como individuos.
Porque a pesar de tener características diferentes en cada uno, somos seres
sociales; y como tal, no podemos vivir sin un otro. De hecho, en los primeros
años de vida (por poner un ejemplo) es imprescindible que se cumpla este
parámetro.
Es una analogía tan perfecta, tan clara, que revela una idea de lo que realmente significa: somos actores,
todos y cada uno de nosotros, dentro de este escenario llamado sociedad, en el
cual interpretamos distintos papeles (o roles) determinados junto a otras
personas.
Pero... ¿y qué pinta en todo
esto la máscara propiamente dicha? Que justamente nosotros, como seres
sociales, utilizamos máscaras todo el tiempo frente a un otro. Es parte de
nuestra especialidad como seres humanos: ser capaces de disimular nuestro
estado de ánimo, nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes, nuestros
miedos, nuestras tristezas... Y así como en la antigüedad un actor se ponía la
máscara y actuaba su personaje, en la actualidad uno podría sentirse en la mayor
de las miserias y mostrarse ante los demás con la máscara de la alegría; y éste
es tan solo un ejemplo.
Desde que nacemos y nos
conformamos como individuos dentro de nuestro primer contacto con la sociedad
(que son nuestros padres), ya somos "moldeados" bajo esta
característica tan particular. Pueden enseñarnos
a ceder un poco (de forma parcial o casi total) esa máscara dependiendo de las
personas con las que estemos... Sin embargo, también pueden enseñarnos que,
estar siempre bajo esa máscara (sea quien sea) es una defensa fundamental para
uno mismo, con el fin de demostrar que se es alguien superior, destacado o
notable respecto al otro sin importar el malestar anímico que se esté
padeciendo.
Siempre queda algo oculto
frente a los demás, algo de lo cual nadie está enterado de su existencia. No
importa la cercanía que se tenga con una o varias personas, nunca se termina de
conocer a alguien (sea en el contexto/motivo/sentido que sea). Quizá con las
personas más queridas nos atrevamos a desvelar un poco más lo que hay detrás de esa
máscara, pero incluso ésta revelación no es del todo suficiente...
¿Por qué? Porque siempre
queda algo, algún rastro, algún... ¿vestigio, se podría decir? que queda sin
mostrarse y que se guarda (posiblemente para siempre) dentro de la intimidad de
uno mismo.
Básicamente somos eso:
actores sociales que interpretan papeles en diversos escenarios. Esa es la
esencia de lo que somos en torno a una sociedad... ¿Qué va a
pasar durante el desarrollo de ésta obra llamada "vida"? Nadie lo
sabe; como mucho se puede prever, anticipar o suponer... pero más allá de eso,
sólo hay una forma de averiguarlo: interpretar tu papel correspondiente, el que sea que hayas elegido.
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