miércoles, 7 de mayo de 2014

La máscara social

(Máscara social: descripción gráfica)

El concepto de persona refiere a la singularidad que tiene cada ser humano de ser único y original en sus acciones, sus decisiones, pensamientos y sensaciones. Todos estos factores contribuyen a la conformación de su personalidad.

Su etimología es muy interesante, porque proviene del latín "persōna" y a su vez del etrusco "phersona", que significa literalmente "máscara del actor". Se sostiene que éste significado se originó en alusión a las obras teatrales que se realizaban en la Grecia antigua, en la cual los actores de la obra utilizaban máscaras con determinados gestos faciales (de alegría, de tristeza, etc.) para interpretar sus respectivos papeles.

Parece mentira que le hayan dado un nombre tan acertado y preciso a lo que somos como individuos. Porque a pesar de tener características diferentes en cada uno, somos seres sociales; y como tal, no podemos vivir sin un otro. De hecho, en los primeros años de vida (por poner un ejemplo) es imprescindible que se cumpla este parámetro.

Es una analogía tan perfecta, tan clara, que revela una idea de lo que realmente significa: somos actores, todos y cada uno de nosotros, dentro de este escenario llamado sociedad, en el cual interpretamos distintos papeles (o roles) determinados junto a otras personas.

Pero... ¿y qué pinta en todo esto la máscara propiamente dicha? Que justamente nosotros, como seres sociales, utilizamos máscaras todo el tiempo frente a un otro. Es parte de nuestra especialidad como seres humanos: ser capaces de disimular nuestro estado de ánimo, nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes, nuestros miedos, nuestras tristezas... Y así como en la antigüedad un actor se ponía la máscara y actuaba su personaje, en la actualidad uno podría sentirse en la mayor de las miserias y mostrarse ante los demás con la máscara de la alegría; y éste es tan solo un ejemplo.

Desde que nacemos y nos conformamos como individuos dentro de nuestro primer contacto con la sociedad (que son nuestros padres), ya somos "moldeados" bajo esta característica tan particular. Pueden enseñarnos a ceder un poco (de forma parcial o casi total) esa máscara dependiendo de las personas con las que estemos... Sin embargo, también pueden enseñarnos que, estar siempre bajo esa máscara (sea quien sea) es una defensa fundamental para uno mismo, con el fin de demostrar que se es alguien superior, destacado o notable respecto al otro sin importar el malestar anímico que se esté padeciendo.

Siempre queda algo oculto frente a los demás, algo de lo cual nadie está enterado de su existencia. No importa la cercanía que se tenga con una o varias personas, nunca se termina de conocer a alguien (sea en el contexto/motivo/sentido que sea). Quizá con las personas más queridas nos atrevamos a desvelar un poco más lo que hay detrás de esa máscara, pero incluso ésta revelación no es del todo suficiente...

¿Por qué? Porque siempre queda algo, algún rastro, algún... ¿vestigio, se podría decir? que queda sin mostrarse y que se guarda (posiblemente para siempre) dentro de la intimidad de uno mismo.

Básicamente somos eso: actores sociales que interpretan papeles en diversos escenarios. Esa es la esencia de lo que somos en torno a una sociedad... ¿Qué va a pasar durante el desarrollo de ésta obra llamada "vida"? Nadie lo sabe; como mucho se puede prever, anticipar o suponer... pero más allá de eso, sólo hay una forma de averiguarlo: interpretar tu papel correspondiente, el que sea que hayas elegido.

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