domingo, 23 de agosto de 2015

Aprender a burlarse

"En cierta ocasión, la profesora nos mostró un video con el fin de aprender lo que es una entrevista para un psicodiagnostico. Nos pidió que prestáramos atención a lo que decía la entrevistada, para así darnos cuenta qué podíamos ahondar a partir de su discurso. La cuestión es que, más temprano que tarde, se ve en el video que la entrevistadora (una estudiante de psicología de una universidad de México) hace preguntas muy desafortunadas que resultan ser demasiado cerradas y poco profundizadas en lo significativo de la entrevistada. Esto le da pie a la profesora para decirnos lo gracioso y lo bizarro que era cómo manejó la estudiante toda la entrevista, haciendo pausar el video cada dos minutos para exponer no sólo en lo que se podía ahondar con la entrevistada, sino también para reírse de todo lo que entrevistadora estaba haciendo mal. El video duró unos 20 minutos, todos y cada uno de esos minutos generando risas entre la mayoría de los estudiantes. Menos a mí, que me hacía sentir tremendamente incómodo. Una vez que terminó el video, la profesora hacía hincapié en que 'después de ver esto ¿no están más tranquilos ahora que vieron lo mal que hizo la entrevista esta chica?'. Mientras tanto, no puedo evitar pensar cómo le estarán ardiendo las orejas a esa pobre chica después de haberla gastado tanto..."

Como estudiante, creo tener la seguridad de saber qué debería hacer un profesor para enseñar bien. Se supone que es una instancia de aprendizaje, que el profesor nos enseña no sólo desde los libros sino también desde su experiencia. Y lo más importante: que el profesor sepa que, por más años de profesionalismo que aspiremos a tener, seguimos siendo humanos y por ende con tendencia a cometer errores.

Ahora bien... ¿qué pasa cuando un profesor no cumple con esas normas mínimas en su rol? El resultado es exactamente lo que pasó en el relato que describí más arriba...

Me sorprende fundamentalmente el "factor burla" hacia la chica del video. Y más aún me sorprende la actitud de esta profesora (que por cierto es profesional de la salud hace muchos años), porque parecía más importante burlarse de la pobre entrevistadora que enseñarnos cómo hacer una entrevista.


Vamos a decir la verdad: esta estudiante... ¿hizo mal las preguntas? Sí. ¿Debería haber hecho preguntas más abiertas y con mayor profundidad? Sí. ¿Tendría que haber hecho mejor el encuadre (lugar de la entrevista, espacio, asientos, tiempos, etc.)? Por supuesto que sí. Pero por otro lado me parece que estamos olvidando una cuestión importante: era una simple estudiante, y como tal, está (valga la grandísima redundancia) ESTUDIANDO una carrera; todavía no es profesional, está aprendiendo y formándose. Nos puede causar gracia o no las preguntas que haya hecho, pero la clave de todo este asunto es la siguiente:

La profesora no enseñaba cómo hacer una entrevista adecuada, 
enseñaba a que los estudiantes se burlen de otros.

¿Qué quiero decir con esto? Que cualquier excusa era válida para querer sentirnos superiores desvalorizando al otro en vez de valorar a nosotros mismos, a nuestros propios recursos. Además de burlarse del bajo desempeño de esta estudiante (como si eso no fuera suficiente), también se burló de su acento mexicano (porque claramente la profesora es un ente sin errores, posicionada más allá del bien y del mal, que tiene un inmaculado acento argentino...). 

En resumen, todo el transcurso no fue más que un numerito innecesariamente burlón para una clase en la que (se supone) teníamos que aprender a hacer una buena entrevista. 

Dejando de lado lo imbécil de esas actitudes, quisiera criticar constructivamente:
  1. Me hubiera gustado que, ya que vemos todo lo malo de una entrevista, que también podamos ver videos de todo lo bueno de una entrevista. Pero no desde un profesional (y volver al jueguito pedorro de generar sentimientos de superioridad), sino también verlo desde un estudiante, y de paso aprender algo más que burlarnos...
  2. Ya que esta profesora se percata de saber tanto: ¿por qué no nos da ella misma una recreación de una buena entrevista psicodiagnóstica? Me imagino que, ya que está tan atenta a burlarse de los errores de los estudiantes, será también capaz de mostrarnos su manera de hacer una entrevista gracias a su vasta experiencia... 
  3. Pretender que nos quedemos "más tranquilos" después de ese video no hace al aprendizaje en lo absoluto. ¿Cómo voy a poder arreglármelas para hacerlo si sólo vi todo "lo malo" de una entrevista y nada de "lo bueno" de una entrevista? No sé, pero a mí no me dejó más tranquilo; me dejó más inseguro.

Finalmente, unas preguntas para pensar:
  • ¿Qué ejemplo se le está dando a los estudiantes fomentándolos a que se burlen de otro estudiante, que está en un proceso de aprendizaje igual al de ellos? 
  • A la estudiante del video, ¿le damos herramientas para que mejore su capacidad de hacer buenas preguntas, o la encasquetamos en un rótulo de "pésima alumna" permanentemente para que todos los demás se burlen de ella?
  • Y la más importante: si una persona está todo el tiempo señalando las cosas que hace mal el otro, ¿eso nos habla de alguien que "sabe mucho", o de las propias inseguridades que tiene esa persona? 

Si algún día llego a recibirme de esto, imploro no tener una supervisora cómo ésta...

miércoles, 5 de agosto de 2015

Un nuevo barrio en Celina

Para los que no lo sepan, luego de que Celina fuera declarada como ciudad, hubo un acuerdo en cuanto a la delimitación del barrio. Desde el 2013 que el barrio José Hernández (que pertenecía a Tapiales) ahora forma parte de Celina, quedando el Mercado Central como parte de Tapiales.

El barrio José Hernández es el barrio más próximo a la famosa feria de “La Salada”, pero ese no es el punto de esta nota. En esta ocasión, además de sumarse un barrio nuevo (y con “nuevo” me refiero a que forma parte de Celina hace poco) también se le suman sus propias problemáticas. Parece mentira que este barrio adolece varias cuestiones  que las de sus nuevos barrios hermanos… La declaración de Celina como ciudad no parece favorecer mucho el empeño de mantener las condiciones básicas de los vecinos en un nivel adecuado; por el contrario, pareciera ser cada vez peor (con esto me refiero a toda Celina).


Una vecina del José Hernández me comentaba que tienen serios problemas en cuanto al sistema cloacal (el resultado: inundaciones constantes, sobre todo los días de lluvia, tal como sucede con el Vicente López y el Sarmiento), sin mencionar la falta de pavimentación en muchas calles del barrio y los cortes constantes de luz.


¿Algo de esto resulta familiar? A excepción de comentarles sobre este nuevo barrio vecino, no estoy diciendo nada nuevo ni nada que el resto de los celinences no sepan. La historia de siempre. Sin embargo, es curioso cómo se unió un barrio más a ésta causa de todos los días: la lucha de poderes mientras los perjudicados terminan siendo siempre los habitantes del barrio.