miércoles, 20 de febrero de 2013

Síndrome postvacacional

Estamos en pleno febrero y no tengo ganas de mover un dedo. Siempre tengo el mismo dilema en este mes. ¿Qué me pasa? No tengo ganas de ir a buscar trabajo, de ir a estudiar, incluso no tengo ganas ni de salir.

Para colmo se acercan las mesas de exámenes en la facultad y no tengo ganas para agarrar ni un apunte. Y por lo que veo no soy el único. Parece que más de uno padece lo mismo que yo pero... no puedo evitar sentirme en la necesidad de hacer algo al respecto.

Parece una pequeña etapa recurrente de todos los años. Siempre suele pasar (al menos a mi) que entre febrero y marzo me incapacito de tal forma que pareciera que mis únicas dos acciones posibles sean comer y dormir. Y este ciclo se termina cumpliendo sin falta, hasta que de la nada (casi como por arte de magia) vuelvo a estar con toda la energía y la motivación que ya tenía antes de las vacaciones.

Seguramente a muchas otras personas les pasa lo mismo, que en esta época están sin ganas de nada. Pero esta vez pienso dar una vuelta de tuerca al asunto por mi cuenta... vamos a intentarlo. Yo se que puedo hacerlo, y si pude llevar la palabra a la acción en más de una ocasión, en ésta también va a ser posible.

No creo que sea una gran tragedia, simplemente hay que hacer el intento. Si sale bien, sale bien, y si sale mal, saldrá mal... Pero al menos nos vamos a llevar (los que lo hagamos, claro) la tranquilidad de haber hecho el intento. 


Tratar de tirarse a la pileta por cualquier medio, incluso si está vacía. Eso pienso hacer. 
Dicen que el que no arriesga no gana, y esa frase por algo existe...

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