domingo, 30 de noviembre de 2014

De los 18 a los 23


Aunque haya sólo una diferencia de 5 años entre una edad y otra, el salto hacia otra etapa es sumamente notable. Lo digo por experiencia propia: si lo miro en retrospectiva, puedo darme cuenta de que hace 5 años atrás había una persona MUY diferente a la que está ahora. De alguna manera su personalidad sigue siendo la misma (siempre lo es), pero ahí no está la esencia del cambio, no va por "cambiar rasgos de la personalidad".

La esencia del cambio, creo yo, está en la actitud para encarar aquellas situaciones que antes no se podían o se encaraban mal. Dicho en otras palabras: se ganaron más recursos para abordarlo. Se empieza a adquirir un pensamiento crítico, de evaluación de situaciones, de planteos en los cuales uno concluye si el camino a tomar es perjudicial o no para uno. 

¿Será que uno ya "abandona" esa pendejada tan característica del adolescente para tener una visión del mundo más profunda? ¿Podría ser ese momento clave en el que se deja de pensar cada vez menos en fiestas, encuentros y salidas, y se piensa más en las responsabilidades actuales, como el trabajo y la facultad? Esto no significa que "se termina la joda"; en todo caso se resignifica lo que es "ir de joda", o de "tener un tiempo libre". Ya no lo tenés todo el tiempo, porque sencillamente tenés cosas más importantes de las que ocuparte (que aunque nos gusten y hasta a veces se pongan tediosas, también son necesarias). Con mi grupo de amigos me pasó, por ejemplo: ya no nos divertimos de la misma manera que hace 2 o 3 años, pero encontramos (o tratamos de encontrar) nuevas formas de divertirnos.

Todo esto me parece extraño todavía (tal vez porque soy nuevito en esta etapa, a pesar de que siento haber entrado en ella hace algunos meses), pero es increíble ver a los chicos de 18, 19 años, observarlos desde afuera, ver como ríen entre ellos, ver como están en un grupito aparte ("en la suya", como quién dice), ver como comparten cosas en el celu, que se joden entre ellos, que gritan y gesticulan y disfrutan el momento...

Y entonces, justo en ese momento, tener el inevitable pensamiento de que ya no estoy en esa movida, y que encima ya no me cabe tanto hacer eso, al menos no constantemente: o sea, casi nunca. Y sigo creyendo que es como dije antes: no se anula, sólo se resignifica; ¿qué quiero decir...? que hay mucho menos tiempo para la joda, pero cuando viene, se la aprovecha al máximo (claro, volviendo a casa tipo 6 de la mañana porque al otro día tenés que ir a la facu o tenés que laburar, ja...)

Y ese salto, el del adolescente tardío hacia el joven adulto, implica muchísimos más cambios en uno mismo. Es como si hubiera adquirido (o alcanzado) cierta habilidad para analizar las situaciones de una manera totalmente distinta a la de antes y posicionarme con una nueva actitud.

¿Será tan sólo una parte más del crecimiento humano...? Cuando uno ya no se siente con la edad para seguir haciendo ciertas cosas, lo único que queda es seguir adelante y a otra cosa.

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