lunes, 2 de noviembre de 2015

Bloqueado

Muchas de las cosas, generalmente cotidianas, se me olvidan y sin darme cuenta pregunto lo mismo una y otra vez. ¿Qué me pasa? Hace mucho tiempo que me sucede esto, y no sé por qué.

Por culpa de esto ya perdí a una persona que era importante para mí. "Era", tiempo pasado... porque aunque reparé el daño, la cicatriz quedó. No sé si estoy exagerando, no sé si estoy siendo muy reaccionario. No sé ni por qué me pasa esto, y lo que más me molesta es que no sé cómo encontrarle una solución.

Me enoja. De hecho, ¡me irrita! Y es tanto lo que me irrita, que finalmente me doy cuenta de que en realidad me pone muy triste. Me angustia, me es intolerable. ¿Qué hago? ¿Por qué siento que no hay manera de encontrar una solución a algo tan sencillo? ¿Por qué me produce tanto malestar?

Pensar en esas cosas me inhiben incluso para estudiar. Me siento bloqueado, incapaz de seguir estudiando los apuntes. Me dispersa, me aleja de lo que quiero concretar en ese momento y me hace sentir en la incertidumbre. ¿Por qué me siento tan incomprendido en ese sentido?

Claramente no es apropósito, no hay intención de hacer un daño. Pero no puedo liberarme de toda la responsabilidad. Porque, apropósito o no, lo hago. Y al hacerlo, la respuesta que obtengo es de ser una persona que no escucha a los demás. Y por ende, que no les interesa.

Me volvió a pasar con otra persona en la facultad. Inevitablemente me revivió la situación de aquella persona que perdí. Fue tan parecido, tan... igual. Se repitió casi la misma secuencia justamente porque accione de la misma manera.

¿Qué necesito? ¿Qué me hace falta para acordarme de aquellas cosas simples que me cuenta la gente? ¿Por qué me pasa esto? ¿Acaso entenderán los demás que no hay intención de desinterés? Y lo más importante: ¿cómo reparar esa acción sin consecuencias futuras? 

Parece un bucle infinito. Y mientras tanto sigo acá, preguntándome por qué carajo no puedo ser capaz de buscar soluciones a algo tan simple como acordarme de las cosas. Estoy podrido de hacer intentos inútiles que no dan ningún resultado. ¡Me enferma! ¡Me pone loco! Me hace frustrar cada vez más, y siento que en cualquier momento voy a golpear algo o putear a alguien por la misma bronca que me genera.

Me saca de quicio. Y lo peor es que, hasta la fecha, parece insolucionable.

(La desesperación: descripción gráfica)

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