domingo, 31 de mayo de 2015

Una nueva generación

En un principio creí que estábamos perdidos, que no teníamos conciencia de nuestras capacidades, que no las entendíamos ni nos interesaba: unos simples jóvenes despreocupados de asuntos más profundos.

Algunos pensaban lo mismo, encarnizados en una lucha que nunca existió. La verdadera lucha era contra nosotros mismos, contra nuestros propios fantasmas.

Yo, sobre todo, estaba en la incertidumbre. Temeroso ante un futuro incierto. Pero lo que no me daba cuenta, es que justamente nosotros somos responsables de ese futuro.

Entonces me di cuenta que ahí estaba la clave... ¿Por qué no hacer, en cambio, algo productivo para ayudar a los nuestros, a nuestra generación, que somos los encargados de transformar aquella visión generalizada, de algo distópico, en algo digno y satisfactorio?

No veo la necesidad de impedir semejante tarea. Somos igual de distintos, de diferentes lugares, con diferentes historias, y diferentes circunstancias que (por un motivo o por otro) nos terminaron uniendo a este momento. Es esa diversidad la que nos hace tan capaces de colaborar entre todos, pero sobre todo, de ser valiosos.

Somos distintos. Somos un camino, una transformación, una construcción, una nueva esperanza. Y por fin lo entiendo con claridad.

Por eso les pido, a los que creen que no hay salida: la hay. Y está en nosotros mismos. No estás solo. El futuro es nuestro.

Los estamos… esperando…



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