martes, 18 de agosto de 2020

Cómo saber si la terapia no te esta sirviendo...

Mucha gente cree que es lo mismo hacer terapia que ir al psicólogo, y si bien parecen sinónimos, hay una sutil diferencia:

Ir al psicólogo puede hacerlo cualquiera. Desde consultas puntuales, exploraciones focalizadas, derivaciones, asesoramiento en áreas específicas, o simplemente ir a tirar la plata con alguien que no cumple realmente su función como profesional...

En cambio, hacer terapia es básicamente un trabajo más en la forma de un tratamiento, tanto para el terapeuta como para el paciente, de la misma manera que una persona debe hacer un tratamiento médico prolongado cuando tiene algún malestar incurable. En el caso de los psicólogos la enfermedad se reemplaza por una necesidad de cambio en la conducta y el tratamiento psicológico consiste en el cuestionamiento de sus cosas para lograr otra construcción complemente distinta de su realidad en la vida.

En base a conversar con otros colegas y a mi propia experiencia, hay ciertas pistas que puedan hacerte pensar que no estas haciendo terapia, sino simplemente yendo al psicólogo sin ninguna utilidad aparente. Y que ENCIMA haya gente que imagina que esto es una virtud:

1) Hacer solo catarsis: La descarga de pensamientos, sentimientos y afectos es parte de la terapia, pero de ninguna manera es el único ingrediente. Yo ya hablé de esto en otra publicación, pero básicamente luego de la catarsis vienen un montón de procesos que ponen en jaque su modalidad usual ante la vida. Comienza un compromiso a poner en práctica nuevos comportamientos y experimentar nuevas actitudes de percibirse a sí mismo y a los demás. ¿Qué implica esto? Un monto de angustia enorme dado que la persona sale de su zona de confort para arriesgarse a construirse de nuevo en toda su complejidad: cuestionar sus emociones, sus conductas, sus pensamientos y que su espacio terapéutico sirva para plantear situaciones emocionales muy profundas que las experimenta para luego afrontar las consecuencias que pueda traerle. Todo esto implica hacerse cargo de lo que uno genera en los demás y de la devolución que éstos puedan darle, y para ello es necesario correrse de sus soluciones intentadas. Entonces, quien hace terapia, sin duda es quien pone en práctica nuevas maneras de pensar, sentir, decir y hacer que son ayudadas por el psicólogo y a su vez genera una transformación en su actitud ante la vida, que es de responsabilidad, de afrontamiento y de acción.

2) Le hace sentir bien: Si esto fuera lo único que pasa en terapia, entonces lo que expliqué en el punto anterior no existiría jamás. Cuando uno hace terapia, no solo se enfrenta a lo que le hace bien, sino también a lo que le hace mal. E incluso a veces lo que le hace bien, puede descubrir que en realidad le hace mal, ¡y lo que le hace mal en realidad puede hacerle bien! Así de contradictorio puede ser uno al no ser capaz de visualizar las verdaderas consecuencias de sus acciones, y para eso les puedo asegurar que no siempre se siente bien hasta que se resuelve.

3) Solo se va cuando se lo necesita: Es básicamente el punto que más le sirve a esta cultura actual de desatención y falta de compromiso con los demás, y que desgraciadamente comulgan varios profesionales que dicen ser “modernos”. Como si el malestar psicológico fuera tan sencillo de resolver como cuando uno está engripado, va al medico y le receta algo para tomar. ¡NO! En una terapia el motivo de consulta es lo bastante profundo como para necesitar una regularidad en la forma de un tratamiento, y como tal, la relación generada dentro de ese tratamiento es el motor principal para poner en marcha todas las acciones anteriormente explicadas en los otros dos puntos. Si no, es quedarse siempre en la superficie de quien nos consulta, y empezar de nuevo.

Ahora bien, ya hablamos de lo que pasa cuando una terapia no funciona… ¿Quieren saber cuál es la mejor manera de darse cuenta si una terapia funciona en verdad? Simple, cuando las personas alrededor tuyo (y en especial las que están implicadas dentro de tu tratamiento) piensan lo siguiente:


“El psicólogo está lavando cerebros”


¿Se dan cuenta a qué quiero llegar? No hace falta ahondar mucho más cuando uno realmente percibe que yendo al psicólogo se está haciendo realmente terapia. Si los que están a tu alrededor atacan de alguna manera a tu terapia en la forma de manipulaciones, desvalorizaciones, desprecios, odios y rechazos, ¡entonces quiere decir que vas por muy buen camino!

2 comentarios:

  1. Buenos días. Leí este artículo unos días atrás, y hay algunas cuestiones/preguntas que me surgen respecto a los últimos párrafos (que justamente lo hablaba con mi pareja). Primero: "las personas alrededor tuyo" ESTÁN implicadas en el tratamiento de toda persona que se analiza, pues forman parte de su entorno (las nombro pues se hizo una diferenciación con el resto de las personas para elaborar una "teoría"). Debo decir en este punto que las personas que estaban alrededor mío durante mucho tiempo, y aún están, compartían la pregunta de: "cuánto hace que vas a la misma psicóloga?", "creés que te está haciendo bien?"; como tratando de contrastar con una realidad que en su momento no veía. Encerrada en mi postura, defendía mi "terapia", por algunos motivos de comodidad (bajos honorarios, cercanía con respecto a mi casa, y llamadas ilimitadas cuando me sentía mal). Hoy puedo ver, como dice el artículo, esos motivos con mayor claridad, pues gracias a la gente de mi entorno pude darme cuenta que en mis sesiones sólo hacía catarsis, y lo hice por más de 8 años. Agradezco a las personas que intervinieron con mi área personal haciendo las preguntas que me ayudaron a darme cuenta que ya era hora de hacer un cambio. Y cabe destacar a profesionales de la salud que también lo hicieron. Segundo: y esto me lleva a las siguientes preguntas: pasado un tiempo prudencial compartido por la mayoría de los psicólogos, como lo son 7 años, debe uno cambiar a su terapeuta?, o seguimos reforzando la comodidad sin darnos cuenta? (para qué empezar con otra persona si esta me genera confianza, ya "me conoce", me ofrece cosas que para mí son beneficiosas?). Otra pregunta es acerca de la manipulación; se nota aquí una necesidad de expresar que la terapia se aleja de la manipulación (lo cual acuerdo), pero, si tenemos que defender nuestra terapia, o más bien a nuestros terapeutas, no estaríamos reforzando las zonas de confort con el mismo, y por ende nos encerramos en una caverna?. Por qué necesitaríamos defendernos de las opiniones sobre manipulación de nuestra terapia? Creo que más bien, si realmente fuera efectiva se notaría en nuestros actos, en nuestras vivencias; y no en traer de manera constante lo que se hace o trabaja allí; pues la vida es el INSTRUMENTO DE EVALUACIÓN para decidir si funciona o no (en el accionar, no solo darlo por sentado de ir/hacer terapia). Y la pregunta clave: si el entorno me propone cambiar de analista, NO necesariamente dejar de "hacer terapia", se consideraría un cuestionamiento válido?- HACER TERAPIA es una cuestión tan personal que cada uno, inevitablemente, cae en las experiencias personales para emitir opinión (a veces acompañada por herramientas de la propia ciencia en debate). Me llevó 8 años darme cuenta que necesitaba un cambio, sin embargo, la gente de mi alrededor notaba que no me hacía bien, por más que yo la defendía con uñas y dientes. Y eso lo considero como un ACTO DE AMOR. Pues debían verme mal y no podían hacer otra cosa mas que acompañarme (LA DECISIÓN ES PERSONAL). Creo que el ejemplo en contraposición que se me viene a la cabeza es el de Homero, cuando no quiere que Marge vaya al psicólogo por miedo a que se de cuenta de la vida que tiene con él, y se empodere hasta llegar a la conclusión de que puede divorciarse y realmente encontrar a alguien que valore sus virtudes y trabaje con ella las dificultades (y no seguir con una persona que se la pasa en la taberna tomando, sin saber qué hacer de su vida y su trabajo, siendo un mal ejemplo de padre). Mis preguntas, y el haber compartido mi experiencia personal radican en contraposición al artículo que invita a eso. Muchas gracias por el espacio.

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    1. Hola, te contesto los puntos:
      1) Lo que relatás sobre las personas que te hicieron replantear tu terapia es exactamente como se debería hacer de forma sana y adulta, que contrasta con lo que expuse en el último punto cuando eso no sucede y hacia ahí va mi crítica; porque si de verdad la terapia no te estaba sirviendo y eso lo notaban los demás, no lo hicieron de forma agresiva ni desvalorizante sino todo lo contrario.

      2) No existe realmente un tiempo preestablecido para la finalización de una terapia. Si bien algunos profesionales que usan un dispositivo "breve y focalizado" establecen una X duración, la realidad es que a la hora de hacer un tratamiento psicológico su duración depende de muchos factores (motivo de consulta, profesionalismo del psicólogo, personalidad del paciente y el terapeuta, su vínculo generado, etc.). Es una variable MUY personal e inclasificable que en realidad depende de uno mismo y/o de lo que perciben los demás el darse cuenta si le está sirviendo o no (cosa de que hecho te pasó y tus cercanos te lo han señalado bastante bien por lo que me contás).

      3) Cuando hablo de manipulación, no insinúo que la manera de neutralizarla sea defendiéndose, sino dejándole en evidencia al manipulador del acto que está cometiendo, darle argumentos de por qué no es válida su manipulación (ésta última SIEMPRE contiene falacias de toda naturaleza, ya que sirve al propósito individual de una persona que quiere tener bajo su poder a otra en forma arbitraria). Lo que pasa es que a veces en el paciente entran en juego cuestiones relacionadas a la JUSTIFICACIÓN de los hechos y de MINIMIZAR lo que el manipulador pretende hacer ("no es para tanto", "lo hace porque me quiere", "si me dijo esto por algo es", "sólo tuvo un mal día", etc.), y eso ya depende casi exclusivamente de la experticia que tenga el terapeuta para ayudar a esa persona a correrse de ese rol, del manipulado, y poder construir un criterio propio de maduración y de crecimiento personal.

      4) A tu pregunta clave te respondo lo siguiente: Sería un cuestionamiento válido en caso de que estés haciendo terapia hace mucho tiempo y tu entorno no note algún cambio... pero no alcanza con eso, porque cada uno te lo planteará con preguntas que apelen a la empatía, a la preocupación genuina hacia tu persona y de verte bien en un sentido de madurez y de autonomía (lo cual me lleva de vuelta a señalarte que de hecho me contás que pasó eso). En tal caso, parece ser que a vos te costaba dejarla por X motivo a pesar de lo que te hacían notar alrededor y que finalmente hiciste el click luego de tanto tiempo. En efecto fue un acto de amor lo que hicieron tus cercanos.

      Para cerrar, perfectamente podriamos espejar lo último que puse y decirte:

      "¿Quieren saber cuál es la mejor manera de darse cuenta si una terapia no funciona en verdad? Simple, cuando las personas alrededor tuyo (y en especial las que están implicadas dentro de tu tratamiento) piensan lo siguiente: '¿Cómo te está yendo en la terapia? ¿Te está sirviendo?'. Si los que están a tu alrededor comienzan a preguntarte de alguna manera sobre tu terapia en la forma de preocupaciones, planteos, argumentos, dudas, diálogos y debates, ¡entonces quiere decir consultes con otro psicólogo!"

      Espero haber subsanado tus dudas!
      (PD: el ejemplo de Homero y Marge con la psiquiatra fue brillante!! es tal una recreación de lo que quise expresar en este post!)

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